~Dos días antes del secuestro~
Narra Roni
-Venga va Lala. Acompañame- le supliqué.
-Pero es que...- me dijo con una cara desanimada.
-Vamoooos- le dije poniendo mirada de cachorrito.
-Mm... Bueno vale- me dijo haciendo que yo comenzara a saltar de alegría.
Resulta que había invitado a Scott al bar en donde nos conocimos pero no quería ir solo hasta allí, así que le propuse a mi amiga Leila que me acompañara y que de paso se tomara una copa.
~Dos horas despues~
-No viene- dije mientras me tomaba mi quinto chupito, la verdad es que se me estaba subiendo un poco a la cabeza.
-Deja ya de beber Roni, a este paso no podrás ni levantarte- me advirtió Leila, pero yo estaba tan deprimido de que Scott no hubiera venido que la verdad me daba un poco igual, así que continué.
Ya comenzaba a marearme un poco cuando de repente ví que por la puerta entraba mi adonis, pensé que tal vez eran los efectos del alcohol que me estaban afectando y estaba viendo visiones o algo por el estilo, pero cuando se acercó a mi y me saludó noté que en realidad no era una visión.
-Pensaba que ya no ibas a venir- le dije con sarcasmo y con una pizca de alegría que no pude ocultar y que al parecer él notó ya que me miró con una sonrisa de satisfacción.
-Perdona, es que me he encontrado con un pequeño problema por la calle y me he retrasado- dijo dándome un beso en la mejilla y haciendo que yo me sorprendiera y me bebiera dos chupitos de golpe.
Estos fueron la gota que colmaron el vaso e hicieron que me comenzara a caer hacia atrás por culpa del mareo. Scott me agarró entre sus brazos y me atrajo hacia él para que no me golpeara contra el suelo.
-¡Roni!- oí que grito Leila mientras venia hacia nosotros y se posicionaba a nuestro lado- Te había dicho que no bebieras tanto- me regañó.
-No te preocupes- le dijo Scott mientras me alzaba entre sus brazos y me cogía estilo princesa- yo lo llevo a casa, tu puedes irte tranquila.
Leila lo miró a los ojos con un poco de desconfianza, pero de alguna manera creo que pudo ver que no tenia malas intenciones, así que se despidió de mi y se fué hacia casa.
Scott me iba cargando por la calle atrayendo las miradas de las pocas personas que por ahí pasaban. Noté que no íbamos por el camino que dirigía a mi casa.
-¿A donde vamos?- le pregunté todavía mareado por el alcohol.
-A mi casa, no estas en condiciones de quedarte solo- me explicó con una sonrisa y una mirada que en ese momento no supe identificar.
Un rato después ya estábamos en su casa, la verdad es que era bastante espaciosa y al parecer vivía solo, me condujo hasta el sofá, en el cual me recostó.
-Te voy a traer un poco de agua para que te la tomes- me dijo dirigiéndose a la cocina.
Al momento volvió y cogí lo que me ofrecía, pero a causa de la borrachera no atinaba a bebermelo, así que rápidamente Scott cogió el baso y se lo bebió para al momento besarme y dármelo boca a boca para que pudiera tomármelo mejor. Cuando terminé de bebermelo se separó de mi y un poco de agua se escapaba por la comisura de nuestros labios. No pude resistirlo y me lancé besándolo apasionadamente correspondiendome él de inmediato. Nuestras lenguas comenzaron a hacer un baile apasionado y sincronizado que pronto fue controlado por Scott. Comencé a jugar con su pelo atrayéndolo hacia mi. Me alzó en el aire y yo enredé mis piernas alrededor de sus caderas mientras continuábamos besandonos. Nos dirigimos a su cuarto y me posó delicadamente sobre la cama posicionándose rápidamente sobre mi.
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Mis Primas Y Yo
Teen FictionKatherine es una adolescente, que a causa de sus padres aventureros tiene que irse a vivir con sus primas. Allí comenzará una nueva vida con amigos, enemigos, amores, y muchas cosas excitantes que le vendrán por el camino, complicándole y entrelazan...