Capitulo 22

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Narra Hikari


Hace ya una semana que les dije a mis amigos que en realidad era un chico, todos se lo han tomado de una forma bastante normal pero últimamente Melina está algo extraña. ¿Que le pasará? Tal vez es por el tema ese de que le gusto o algo, pero ahora esta mas extraña que antes. Iré a preguntarle.


Narra Melina


-Desde que descubrí que Hikari es un chico estoy buscando la forma de confesarme, pero no se me ocurre nada- le explique a Katherine.

-Pues no tienes que pensártelo tanto, solo ve y declarate, para expresar lo que uno siente no hace falta utilizar palabras- me dijo poeticamente.

-Mira tu por donde, ahora te vas a convertir en una celestina- dije comenzando a reír al ver su puchero- lo digo en broma tonta, pero aunque lo digas de esa forma no se como podría hacerlo.

-Pues no te lo pienses mas y hazlo. Por ahí viene Hikari- me dijo.

Me giré de golpe para ver que era verdad y que venia hacia nosotras, o hacia mi, porque cuando me giré de nuevo Katherine había desaparecido.

-Hola Melina- me saludó alegremente poniéndose enfrente de mi- ¿Podemos hablar?

-Claro- le conteste mientras íbamos a alguna clase que en ese momento estuviera desierta- ¿Que querías?

-¿Que es lo que te ocurre? Desde hace algunos días he notado que estas algo extraña cuando estas cerca de mi.

Ante su comentario me comencé a sonrojar- N-no me ocurre nada- le dije tartamudeando de los nervios. Sabia que tenia que ser ahora o nunca pero no me atrevía a decírselo, así que hice caso a Katherine y no use las palabras.

-Venga Melina, sabes que me puedes contar lo que...- no lo deje terminar, porque había tirado de su corbata para que se agachara y así poder alcanzar sus labios. A los pocos segundos el me correspondió, me agarró de la cintura apretándome mas a su cuerpo y yo pase mis manos por detrás de su cuello para hacer mas cercano ese contacto.

Al final nos tuvimos que separar por la falta de aire.

-Por fin lo admites- me dijo con una sonrisa mientras me soltaba de su agarre.

Ante esto me quede sorprendida y luego mi cara se convirtió en una de enfado.

-¡¿Ya lo sabias?!- le grité.

-Claro. Soy un chico, no imbecil- me dijo comenzando a reír.

-No, imbécil también eres. ¿Porque no me lo habías contado antes?- dije algo mas relajada.

-Porque quería que me confesarás tu tus sentimientos. Que fueras capaz de explasermelos de esta manera me ha echo muy feliz- me dijo rodenadome otra vez la cintura y atrayéndome hacia él.

-Definitivamente, eres un imbecil- le dije sonriendo mientras le besaba de nuevo.


Narra Katherine


-Me aburro- dije al aire. En ese momento me encontraba sola en casa. Y. Estaba. Terriblemente. Aburrida.

Así que decididí ir a dar una vuelta a ver si algo me llamaba la atención.

Después de andar durante mas de media hora encontré ese algo. Entre el montón de gente que me rodeaba pude ver a una chica que mendigaba en la calle, era muy joven seguramente de mi edad, así que decidí agacharme a su lado para verla.

-¿Que ocurre?- me preguntó de forma fría y un poco insegura. Seguramente no estaría acostumbrada a que la gente se le acercara tanto, así que me levante y le ofrecí la mano.

Ella me miró a la cara de una forma incrédula al ver mi mano extendida.

-Ven conmigo- le dije con una sonrisa en la cara.

Ella al principio dudó pero al final cogió mi mano.

-¿Como te llamas?- le pregunté mientras la llevaba a casa.

-Me llamo Leila- me dijo en un susurro.

-Yo soy Katherine, encantada.

-¿T-te puedo preguntar una cosa? ¿Porque me has ayudado?- me dijo mirándome a la cara por primera vez desde que la había ayudado.

-¿Que porque? Pues no te lo sabría decir exactamente el porque, pero la verdad es que no me parece bien que alguien tan joven como tu y que tiene un futuro por delante esté mendigando por las calles, así que he querido ayudarte- le dije mirándola con una sonrisa, viendo como ella se ponía a llora- Ay dios ¿P-porque lloras?- dije acercándome a ella asustada.

-E-es que e-es la p-primera vez que alguien es t-tan bueno conmigo- dijo entre lloros. Ante este comentario la abracé para que se calmara. Cuando oí que dejó de llorar la separe de mi y la mire a la cara dedicándole una sonrisa que ella correspondió.

Cuando llegamos a casa le dije que se metiera en la ducha mientras yo le buscaba algo de ropa que le quedara bien. Era mas o menos igual de alta que Melina, así que le cogí algo prestado de ropa. Me dirigí al baño para dejarsela cuando desde dentro pude oír como alguien cantaba.

-Que bonita voz que tiene Leila- pensé. Entré sigilosamente y le dejé la ropa para que se pudiera cambiar.

En ese momento la puerta de entrada se abrió.

-¡Ya estamos en casa!- oí que decía Gine.

Bajé las escaleras para decirles que teníamos una visitante. Cuando les expliqué la situación a mis primas ví que ponían cara de no estar muy de acuerdo, pero al final pusieron caras comprensivas al ver a Leila bajar por las escaleras.

-Tu eres Leila ¿verdad?- dijo Melina- Yo soy la prima de Katherine, Melina, y esta es mi hermana Gine.

-E-encantada- dijo un poco tímida Leila.

-Leila, tengo una idea que tal vez te podría interesar- le dije con alegria- antes he oído como cantabas en la ducha- ante esto se sonrojó un poco por la vergüenza- y la verdad es que tu voz es preciosa. ¿Y si te dedicaras a la musica? Si quieres yo te podría ayudar a buscar un agente para que te lanzó al estrellato- dije comenzando a reir por mi idea.

Ella pareció que se lo pensaba como dudando de que pudiera ser posible que algo asi le pasara.

-Esta bien, podemos intentarlo- aceptó al fin.

-¡¿Enserio?!- dije yo con alegría- pues mañana mismo iremos a buscar un agente. Pero eso si, antes iremos a comprarte ropa- le dije mientras le cogía las manos con ilusión. Ante mis reacciones ella puso una sonrisa de oreja a oreja.

Mis Primas Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora