Capítulo XXXVI

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Amy: No puedo *se aleja de Lancelot* Sir Lancelot, no quiero problemas.

Lancelot: Andad, las cosas serán diferentes, no habrá problema alguno...

Amy: *lo interrumpe* es que...no es solamente eso... No lo se, yo... *se agita el cabello con nervios* ¿Por qué yo? ¿Por qué tuve que ser yo la que abriera su corazón y no alguien digna de vos, como una princesa?

Lancelot: ¡Joder, Amy! Dejad de pensar de esa manera, no tiene caso.

Amy: *solloza* claro que tiene caso...

Ambos se seguían mirando a los ojos, sus pensamientos de Amy iban de mal en peor por creer que todo esto terminaría mal, en desastre. Amy no pudo seguir sosteniendo la mirada de Lancelot y con (nuevamente) lágrimas en los ojos bajó la cabeza y puso sus manos en la boca queriendo no sollozar, antes esta acción el erizo azabache se acercó a ella de golpe intentado evitar que siguiera con esa acción, tomándola por sus hombros, le suplicó:

Lancelot: Escuchadme, Amy, no quiero que esto sea malo para vos, no quiero que se sienta perjudicada así que, por favor, miradme a los ojos *sus manos hasta tomar su mentón con ambas manos obligándola a ver directamente a los ojos de Lancelot* y decidme con la mayor sinceridad y pureza que posee: ¿Sentid algo por mi?

Amy: *olisquea por el llanto* Yo...no... *silencio*

Las lágrimas seguían saliendo de sus ojos por los nervios y los sentimientos encontrados del momento; no sabia que responder ante la pregunta, sentía un tremendo nudo en la garganta y podía sentir los nervios de Lancelot ante su respuesta...

Lancelot: *sin sontarla* Si este sentimiento no es mutuo, no podré hacer nada...nada más que olvidar y sobrellevar; por favor, garantizadme que lo que veo en vuestros ojos es realidad y no espejismo...

Amy: Si... *toma de los brazos al caballero sin dejar de mirarlo a los ojos* yo siento algo por usted, Caballero Lancelot.

Lancelot: ¿Qué es...? ¿Qué es lo que siente...? *se acerca un poco al rostro de Amy aflojando su agarre*

Amy: *recorre con sus palmas por los brazos de Lancelot junto con su rostro, hasta llegar sus manos a los hombros de este* Es...no sé lo que es pero, cada vez que estoy con vos me siento bien... *silencio* puedo sentir tranquilidad, paz, familiaridad... Su aura tan azul... *respira hondo mientras cierra sus ojos y los abre al cabo de unos segundos* os quiero, Sir Lancelot.

Lancelot bajó sus manos a la altura de las caderas de Amy tomándola por estas, y Amy ya tenia sus manos en las hombreras de Lancelot, por lo que sólo las pasó a su espalda; ambos se estaban acercando poco a poco hasta volver a juntar sus labios en un beso casto pero lindo por haber puesto de su parte ambos erizos. Tanto el cuerpo de Amy como el de Lancelot dejaron de estar tensos y nerviosos. (Aunque el nerviosismo por todo de Amy ya formaba parte de ella).

Amy se separó nuevamente del beso y esta vez, de forma tranquila y con confianza la eriza bajó sus manos hasta la espalda baja del caballero y puso su frente en el pecho de este, aunque la Armadura pudiera enfriar sus mejillas ella podía sentir la calidez de Lancelot; Amy se encontraba abrazando al erizo y de inmediato le comentó nerviosa y preocupada:

Amy: ¿Qu- qué pasará con el Rey si se entera de esto?, ¿Qué dirá Kamelot si nos-nos ven juntos...?, Los caballeros, tu resto de compañeros... ¿Qué pensarán de vosotros? Lancelot, *lo aprieta con fuerza, nerviosa* no quiero problemas con nada ni nadie...no quiero que os juzguen, lastimen o maten por estar con una plebeya...

Lancelot: Nadie tiene porqué enterarse, *corresponde el abrazo recargando a Amy sobre su hombrera y manteniendo su mano acariciando su cabello* Estaremos ante Kamelot como Caballero y Plebeya...vos seguiréis siendo mi moza por el tiempo que sea necesario... En serio, Amy, no pasará nada, os juro.

Amy: *sin separarse de él* os juro que ya no quiero causar problemas e incordios...

Lancelot: Basta, Amy, *sin dejar de peinar su cabello* Os ordeno que dejéis esos pensamientos tan negativos, ambos llevaremos esto por debajo del Rey y de Kamelot y nadie, absolutamente nadie se enterará... Es mi palabra de caballero.

Amy suspiraba pesadamente con pavor; no quería ya soltarse de Lancelot, se sentía tan segura con él ahora que podía estar entre sus brazos...

*MINUTOS ANTES, CON PERCIVAL Y GALAHAD, DE CAMINO AL CASTILLO DE LANCELOT, GAWAIN Y PERCIVAL...*

Percival había salido a con Galahad a tratar asuntos con respecto al sueño, Percival volvió a tener el mismo sueño y vaya que se sentía intrigada por este.

Percival: *a paso lento, encima de Esperanza* Yo os digo que mi experiencia habla primero...no me puedo confiar en estas decisiones.

Galahad: *a un lado de ella, montado en Valiente, le sigue el paso* No te sintáis muy preocupada, todo esto lo resolveremos o lo vamos a prevenir, depende el caso; sólo debéis confiar y poner de tus habilidades.

Percival: ...tú lo sabéis, ¿no es así? ¿Sabes lo que Lancelot siente por esa plebeya?

Galahad detuvo al caballo, Percival giró en el suyo y miró de manera penetrante a través de su visera los ojos miel del erizo albino, hasta que este soltó una respuesta seguro:

Galahad: *azota la rienda y sigue su andar* Sí, lo sé, pero no os veo el problema...

Percival: Galahad *lo interrumpe* lo hay, enamorarnos de uno que no está a nuestra altura nos trae problemas graves con Arthur.

Galahad: ¿Lo dices por ese feudal del que vos se enamoró?

Percival tragó grueso y luego de un silencio incomodo, ella escupió con cierta furia:

Percival: No fue nada serio...pero el Rey así lo vio, y si esto de Lancelot y Amy va más en serio no quiero pensar que puede ocurrir.

Galahad: Arthur sabe que somos lo suficientemente centrados como para cometer actos indebidos "por amor"... Puede que con vos pensara o viera algo más que vos creéis que no era grave... Pero creedme si te digo que Lancelot es más centrado que vos y el resto de caballeros.

Percival: *algo molesta* Galahad, no se trata de eso; nosotros fuimos entrenados de una manera dejando ciertos comportamientos y sentimientos de lado, y cuando uno los descubre como lo es el amor...nada, absolutamente nada más te importa... Ya os dije que la experiencia habla por sí sola.

Galahad: *pensativo* Bien... Entonces, ¿Creéis que Lancelot olvidará lo que es para estar con esa plebeya?

Percival: ... Sí, pero quiero evitar eso a toda costa, de la forma que sea y si vos no me ayudáis podré hacerlo sola.

Galahad miró a Percival y la veía bastante tensa pero decidida; aunque Lancelot fuera el mejor de loa cinco comenzaba a creer en Percival por una parte, pero por la otra sabía y confiaba en la Fuerza mental de Lancelot...realmente no sabía que decirle a la gata y hasta cierto punto, ya no quería más conflictos.

Galahad: Percival, relajaos un poco; todavía creo que estáis llevando las cosas muy lejos, pero... Mantenerme al tanto de cualquier cosa entre ellos dos, y lo que has estado viendo o haciendo. *detiene su caballo*

Percival: *suspira pesadamente mientras baja la cabeza algo cansada* Vale, Galahad, sólo espero de verdad que esto no sea muy tarde...y gracias por acompañarme hasta aquí.

Galahad: *sonríe de soslayo* No hay que agradecer, sólo os he traído hasta donde termina el sendero y está el lago.

Percival: Aun así se agradece. *arrea su caballo hasta seguir avanzando*

Galahad: *da la espalda con su caballo y trota* ¡Os veo mañana en el castillo del Rey!

Percival siguió su camino para llegar al castillo, se encontraba en la parte trasera y sólo era cuestión de seguir unos metros hasta toparse con el lago y luego andar otros metros hasta llegar a la parte trasera de la fortaleza y rodear, pero a metros del lago detuvo con fuerza a Esperanza mientras se bajaba y quitaba la visera queriendo observar bien lo que se encontraba en el otro extremo: Lancelot de pie frente a la eriza y lo suficientemente juntos como para después darse un beso...

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora