Capítulo VIII

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Amy caminó detrás de Lancelot, tenía un andar tímido y cautivo, con la cabeza cabizbaja; ya no podía evitar sentir ese pavor ante el caballero y lo que podría pasar en un futuro cercano y lejano...

El caballero del lago se detuvo en seco enfrente de la puerta del castillo y voltó a ver a Amy, preguntando —¿Se encuentra bien de su herida? ¿Ha conseguido caminar bien, plebeya?

—Sí, gracias por la pregunta... —expulsó la chica no muy convencida, perdida entre sus pensamientos.

Clavó sus ojos a través de su visera, y replicó—...¿Segura? ... ¿sigue perdida entre sus cuestionamientos?

—¡Oh, disculpad! me he perdido entre el caminar y mis pensamientos... lo siento...—reaccionó desconcertada, inclinando su cuerpo en forma de reverencia.

—Plebeya... ¿cuantas veces os diré de las disculpas? —Lancelot suspiró de forma irritada.

—Es que... caballero, no sé cómo no quiere que me disculpe ante mis errores y mis faltas de respeto...

—No os preocupéis por eso, para mí no lo son...ya os diré en un momento lo que para mí es falta de respeto. —Amy asintió con nerviosismo, tragando saliva de forma pesada.

Lancelot caminó en dirección a la puerta y Amy lo siguió, en segundos, la puerta se abrió como por arte de magia y ambos ingresaron, aunque Amy, todavía con preocupación y nervios.

Cuando ambos se encontraron adentro, Amy no podía creer lo bello que era por dentro; por fuera, el "castillo" era bastante..."tenebroso" tenía pinta mala e incluso, ya estaba un tanto destruido; más que castillo, parecían ruinas de uno...pero por dentro, para Amy, fue como si se encontrara en una cómoda Real que jamás había visto.

—En este castillo nunca antes había entrado alguien más que no fuera un caballero de la mesa redonda, no quiero que tomes nada de aquí a menos que yo te lo autorice y mucho menos, no deshonres estos aposentos

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—En este castillo nunca antes había entrado alguien más que no fuera un caballero de la mesa redonda, no quiero que tomes nada de aquí a menos que yo te lo autorice y mucho menos, no deshonres estos aposentos.

—Así será, caballero. —Era imposible para ella no dejar de observar asombrada, mientras seguía al erizo oscuro detrás y escuchaba sus palabras con bastante atención.

—Por cierto, eriza, ¿Cuál es su nombre?

—Me llamo Amy... —La eriza no esperó que le preguntase su nombre a esas alturas.

—Muy bien, Amy, os lamento llamarla por bastante tiempo plebeya, pero me era lo más correcto, si te falté, no era mi intención.

—No os preocupe, caballero, no hubo ningún problema en ello... y...

Lancelot se detiene en el pasillo antes de llegar al patio de armas, dio media vuelta y la miró para decirle—. ¿Que os sucede?

—Usted...si es Sir Lancelot ¿verdad? —Agachó la mirada sin sostenérsela lo suficiente.

—Así es, está en lo correcto al decir que ese es mi nombre.

—Por un momento me sentí equivocada en ello, ¿queréis que me dirija ante usted como Sir Lancelot o Caballero?

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora