Capítulo 8.

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Estar en un sitio tan cerrado como en un auto junto a Connor puede considerarse la cosa más incómoda que me ha sucedido en la vida. Trato de ignorarlo mientras él trata de buscarme conversación con preguntas triviales. Ya estaba cansada de oír: ¿Está bonito el cielo, no?, había repetido esa frase más de diez veces. No miento.

—¿Está bonito...

—¿El cielo, no?—interrumpo arremedándolo—. ¿Puedes cerrar la boca? Por favor.

El silencio nos envuelve, mi mirada se encuentra en la ventanilla observando así algunas casas que pasamos rápidamente.

—Yo solo quería ser amable—se defiende—. No sabía que eras tan amargada.

Frunzo mi ceño y entrecierro mis ojos observándolo. Vuelvo mi mirada a la ventanilla para ignorarlo.

—Oye, Daisy—dice tiempo después. Suspiro—. Quería disculparme por lo de Montgomery...

—Ya lo dejaste claro en tu mensaje, Connor—Vuelvo a interrumpir—. Por cierto, ¿cómo conseguiste mi número?

—Fácil—Sonríe—. Soy Connor Pirce.

—Sí, sí, ya sé cómo te llamas pero quiero nombre y apellido del que te dio mi número—Él sonríe levantando una ceja.

—¿Enserio quieres saberlo?

—Sí.

—Pues... Christie Rogers.

¡Es que yo la mato! Juro que la mato. Tomo una respiración profunda tratando de calmarme.

—Te voy a pedir el favor de que no interactúes con mi hermana.

—Está bien, señora lápiz.

Vuelvo a respirar profundamente, aguantando las ganas de darle un puñetazo y romperle la nariz.

Luego de unos minutos, llegamos al colegio. Todos se quedan mirando el auto y yo me encojo en mi asiento. Había olvidado el pequeño detalle de que todo el mundo voltea su cabeza como ventilador cada vez que ven a un miembro de los intocables.

—Joder—susurro.

—¿Qué pasa?—pregunta mientras apaga el auto.

—Nada.

Connor me mira sonriente mientras yo le miro con el ceño fruncido. Bajamos del auto y todos se nos quedan mirando. Camino rápidamente a la entrada, tratando de esquivar las miradas que recibo.

— ¡De nada, señora lápiz!—grita Connor. Volteo a su dirección y le saco el dedo del medio, él al ver mi acción se echa a reír.

Connor me da dolor de cabeza.

Regálame un lápiz | Los Intocables #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora