¿La típica historia de amor en donde el chico choca con la chica accidentalmente, se miran fijamente a los ojos y es amor a primera vista?
Primero, no chocamos.
Segundo, trato de no mirarlo.
Y tercero, no creo que haya sido amor a primer...
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Otro día de clases. Otro examen pero de historia.
En historia me iba muy bien así que no me quejaba. Entro a mi salón y solo se encuentran algunos repasando sus apuntes. A lo lejos veo a una Amy desesperada.
Amy es mi mejor amiga desde que entré a este instituto. Se encuentra sentada en la mesa que está al lado de la ventana, leyendo de manera desesperada sus apuntes, parece que se ha pasado la mano varias veces por su cabello porque está ridículamente despeinada.
— ¿Una bomba estalló en tu cabeza?—pregunto burlonamente.
—Estalló una bomba, pero en mi cerebro—murmura desinteresadamente.
Me siento a su lado y trato de hacerle un resumen de todo el examen.
Estando muy concentrada en el tema, no presto atención al chico que se encuentra al frente de nosotras, Amy mira hacia arriba y abre sus ojos como platos. Levanto la mirada de mi libro topándome con los ojos caramelos de Connor Pirce. Frunzo mi ceño y levanto mi ceja.
—Hola, Daisy—dice, me extraño porque él recuerda mi nombre.
—Hola.
—Uhm verás—se retuerce en su lugar tímidamente—, se me perdió el lápiz del otro día.
— ¿Y qué quieres que yo haga?
—Regálame otro lápiz, ¿puedes?
—No—respondo y vuelvo mi mirada al libro.
— ¿Por qué no?
—Porque yo no soy una fábrica de lápices, Connor—respondo sin mirarlo.
—Por favor, Daisy. Tengo examen de economía y no quiero reprobar—suplica.
—No.
—Por Favor, por favor, por favor, por fis, por...
— ¡Cierra la boca! ¡Joder!—interrumpo y abro mi cartuchera para sacar un lápiz. Al tenerlo en la mano, se lo entregó y sigo leyendo mi libro de historia.
— ¡Gracias, Daisy!—grita para después salir corriendo.
