Me acosté muy tarde, estuve hablando por horas con Christie. Ella de alguna manera trataba de aconsejarme, lo hacía a su loca y extraña manera pero al menos me ayudaba.Me levanto con el terrible sonido de mi alarma de vaca. La maldita carcacha repetía mil un veces el muu, muu, muu de las vacas, odiaba con todo mí ser ese despertador pero papá me lo regaló hace dos años en el día de mi cumpleaños y no quería hacerle daño diciendo que tuvo el puesto del peor obsequio del mundo. Temo por mi vida la próxima semana, el martes será mi cumpleaños y ni me quiero imaginar que hará papá por mí.
Me arrastro medio dormida hasta el armario para coger una camisa y unos jeans verdes, tomo mi toalla y me camino hacia el baño. Intento mover la manilla de la puerta pero ésta se encuentra trabada, empiezo a golpear con fuerza la superficie de madera mientras que empiezo a gritar.
— ¡Christina Rogers, sal del baño!
—Espera un momento, ya voy a terminar de maquillarme—me grita ella de vuelta dentro del baño.
¡Mierda! Como que hoy me iré sin duchar.
Para buena fortuna de Christie, su novio la viene a buscar todos los días para llevarla a la universidad, a diferencia de mí que tengo que levantarme más temprano para que mamá o papá puedan llevarme. Christie me ha dicho un montón de veces que Mitchell —su novio—, puede llevarme porque el instituto que de camino pero, ¿quién se aguantaría una escena de besos cachondos?
Yo no lo hago, amigos.
Christie sale unos minutos después del baño, le lanzo una mirada de pocos amigos y me adentro al lugar para ducharme. Creo que esta es mi rutina favorita, estar bajo la lluvia artificial hace que mis pensamientos abunden y vuelen. La mirada de Connor se posa en mis pensamientos, una sonrisa tonta se expande en mis labios, ayer fue un día... espectacular. Connor sin duda alguna no es un idiota y estoy agradecida de ello.
Ya después de estar duchada y vestida bajo las escaleras encontrándome con la mirada nerviosa de papá, miro el reloj fijo que está en la pared de la sala y ya sé porque mi padre se encuentra algo estresado, va muy tarde.
—Daisy...
—No te preocupes—interrumpo antes de que diga que no pueda llevarme—, me iré caminando.
Beso su mejilla y salgo a la calle, miro hacia la casa de mis vecinos observando como la puerta se abre, Connor sale por la misma mirando su teléfono, teclea furiosamente en la pantalla y creo que se da cuenta de mi mirada porque levanta su cabeza. Sonríe y sonrío. Es tan vergonzoso este momento, camina rápidamente hasta llegar a mí y me envuelve con un sorprendente abrazo.
—Buenos días, señora lápiz.
—Hey, Connor.
— ¿Te llevo?—Me encojo de hombro y caminamos hasta su auto.
¿Qué?
Ya les dije que descubrí que no era un idiota.
Lo más seguro es que más tarde o quizás mañana ya este publicando la sinopsis y el prólogo de la siguiente historia de Los intocables.
Recuerden que están en sintonia así que tengo que ir subiéndola ;)
¿Preparados?
Muchas Gracias por votar.
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Regálame un lápiz | Los Intocables #1
Short Story¿La típica historia de amor en donde el chico choca con la chica accidentalmente, se miran fijamente a los ojos y es amor a primera vista? Primero, no chocamos. Segundo, trato de no mirarlo. Y tercero, no creo que haya sido amor a primer...