Capítulo 6

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Alfredo apuntaba a algunos peces de varios colores que se encontraban encerrados en el acuario, sonriendo cada vez que me miraba. Estaba muy emocionada al estar por primera vez en Aquarium of the Bay, había vivido en la ciudad por mucho tiempo y nunca me di el lujo de poder visitar este fantástico lugar, y me hacia aun más feliz al venir aquí en mi primera cita. Mire cada espacio del lugar hasta que Alfredo decidió que ya era hora de irnos. Pero no sin antes tomarnos un helado. Me sonroje un poco en el momento en que nuestras manos se tocaron cuando me dio el helado, creo que él también lo noto porque su sonrisa era más resplandeciente.

Al momento en que llegamos al departamento me sentía como una colegiala caprichosa, no quería irme. Había tenido una muy linda cita y no me había sentido así de hace mucho tiempo.

Alfredo se ofreció a escoltarme hasta la puerta, para mi, lo encontraba un hombre valiente al saber que dentro de este pequeño departamento se encuentra un chico queriendo golpearlo. Abrí la puerta con mis llaves, cuando mire hacia dentro no había rastros de alguien, di media vuelta y lo mire.

—Gracias por este hermoso día.—Sonreí aun con mis mejillas calientes por el rubor.

—Fue un placer. Espero tener otra oportunidad.—Se encogió de hombros mientras miraba de mis ojos hacia dentro del departamento, de seguro asegurándose de que Jeff no apareciera.

—Claro que si.

—Ya sabes...no soy un chico muy comunicativo pero cuando te vi allí en la librería dije, o lo hago ahora o nunca lo haré. Y bueno, aquí estoy.—Volvió a encogerse de hombros con una sonrisa que hizo que yo también sonriera. Su rostro paso a ser tímido y feliz a asustado y nervioso.

—Ya veo que aquí estas.—Hablo una voz detrás de mi.—¿Ya te vas?.

No pude evitar rodar los ojos y mirar hacia atrás. Jeff se encontraba con su pantalón de chándal y su torso descubierto, no había señal de que hubiera salido o saliera a algún lugar, y la respuesta era obvia, Jeff esperaba por mi regreso.

—Jeff por favor.—Supliqué.

—Esta bien. Ya es hora de irme.—Interrumpió Alfredo.—Adiós Ruth, gracias por esta noche.

Como pude sonreí y le respondí tratando de volver mi estado de animo de antes.

—Gracias a ti.

Cuando cerré la puerta me prepare mentalmente para lo que tendría que decirle a Jeff en caso de que me preguntara. Pero debía actuar indiferente, no puedo decirle que la inocencia de Alfredo me atraía un poco y que a pesar que gracias a él no tuve un buen comienzo de citas perfectas, había terminado siendo perfecta de todos modos.

Jeff me escaneo con sus brazos cruzados. Desvié mi vista de su mirada hacia sus abultados abdominales pero eso tampoco ayudaba a concentrarme así que pase por su lado y camine hacia mi habitación. Sentí sus pasos detrás de mi hasta que entre a mi habitación, Jeff cerro la puerta y se apoyo en ella.

—¿Y?.—Preguntó.

—¿Y qué?.—Pregunte como si no supiera a lo que se refería. Me senté en mi cama mirando su expresión.

—¿Como estuvo tu cita?.—No se movió de donde estaba, aun tenia los brazos cruzados y me miraban directo como si quisiera sacar algún tipo de secreto en mi.

—Fue perfecta. La cena, ir al acuario que al parecer no sabia que existía siendo que yo vivo aquí, el helado, él.—Suspire tratando de controlar mis emociones, se supone que debía ser indiferente en cuanto demostrar mis sentimientos pero lo estropeé todo al decir lo que acabo de decir.

Un amor poco amistosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora