Capítulo 20

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Levantarse de aquella silla en la que estuve cinco horas sentadas y caminar de aquí a allá solo para calmar mis nervios definitivamente no funcionaba. Mis padres entraron preocupados a la habitación luego de ver que me demoraba más de lo normal, los padres de Jeff me dijeron que no tenían problema en que yo estuviera junto a Jeff y ellos esperarán en el pasillo pero el hecho de que no había dormido mucho y no haber comido nada, tenía a mis padres más preocupados de lo normal. 

Con la poca visión que tenía en la puerta donde se podía ver el pasillo, pude divisar el rostro de David y Richard preocupados. Ellos estaban igual de preocupados que mis padres, sabía que debía lucir horrible y a punto de desmayar pero el estar aquí junto a Jeff esperando que despertara era lo único que necesitaba. 

—Ruth, por favor. Nos preocupamos por Jeff, y si tú también quieres estar aquí para ayudarlo entonces tienes que estar fuerte. —Mamá habló mientras me daba un pequeño vaso de café,  para despertarme o tenerme más enérgica, creo. 

Negué con mi cabeza. 

—Sé que debo lucir más allá de lo horrible y que a penas puedo comer pero no tengo energías, necesito tenerlas pero...—Me encogí  de hombros sintiendo que mis ojos volvían a humedecerse. —Necesito saber que despertara. 

Mis padres me observaron sin saber que decir. Solo me abrazaron sabiendo que esa era la única manera de decirme que todo iba a estar bien. Era mucho mejor que decir algunas palabras, porque no habían promesas que tal vez no se cumplirían, solo un abrazo, era todo lo que necesitaba.

—El doctor Black nos dijo que el accidente fue demasiado duro, quiero decir, tiene varias lesiones pero a pesar de eso estás primeras horas a reaccionado bastante bien. El casco lo ayudo demasiado. Y aún tiene la capacidad de respirar por si mismo pero aún no se sabe cuando despertara...todo depende de él.

El padre soltó aquella información y yo no estaba segura como sentirme. La madre de Jeff no lo soporto y simplemente se marchó a sentarse en el pasillo. Bien, antes no sabia como sentirme, bueno lo que realmente siento es miedo. Miedo de que Jeff no pueda lograrlo, tal vez él lo quiere pero su cuerpo es otra lucha. 

Cerré los ojos por unos segundos y me prometí no volver a pensar de aquella manera. Sabía, no, él es fuerte y de alguna manera él despertara para seguir en este mundo para seguir molestandome, para perseguirme con esos ojos que hacian que cada vez que los mirara pudiera verme reflejada pero una versión mejorada de mi misma. Porque así es como me sentía cuando él me miraba, sentía que todas aquellas malas cosas que yo pudiera tener él las dezaciera y simplemente me mostraba lo bella que puedo ser. Jeff, siempre me miraba de aquella manera que te hace sentir especial. De una manera que esperas que nunca deje de hacerlo. Eran sus ojos o tal vez solo él, tal vez era yo o tal vez solamente eramos nosotros.  Pero aquella manera en la que me miraba tenía que volver. Él tiene que volver y abrir sus ojos. Ni siquiera sé si escucha las cosas que le digo, porque realmente quiero que escuche lo que tengo que decirle. Y es mi culpa, por callarme cuando no debía y decirlo cuando ya no había vuelta atrás. Solo necesito una oportunidad más, solo una...Jeff solo una. 

Cuando pensé que nada podia ser peor lo veo todo en cámara lenta al momento de abrir los ojos. Lo primero que veo es a Jeff, a Jeff saltando por la camilla y un sonido extraño de su monitor, no era un simple salto, él tenia  convulsiones y todo paso en un estúpido segundo. Lo siguiente que vi fueron a los padres y David gritando por ayuda, mientras que los doctores entraban a toda prisa a la habitación. Mi impulso por ir hacia Jeff fue detenido por unas fuertes manos. Richard. Me agarró lo que más pudo porque obviamente puse resistencia y me saco de la habitación mientras desde adentro alguien cerraba la puerta. Y no lo resistí. Caí al suelo sintiendo que todo se había acabado. Sintiendo que mi mundo lentamente se caía a pedazos. Ya nada volvería a ser lo mismo, sin él...nada será lo mismo.

Un amor poco amistosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora