Hogsmeade, vestidos y cervezas

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Draco P.V.O

Después de volver a mi habitación no podía dormir, me detesto por hacer semejante idiotez. Busqué entre mis cosas y encontré un whisky de fuego, comencé a beber y una lágrima traicionera rodó por mi mejilla. Aún busco el porqué de lo que me está pasando; generalmente todas las chicas caen rendidas ante mis encantos pero justo ella no.

Si mi padre se entera de esto, ni el mismísimo Merlín me salvaría de la ira de mi progenitor. Pensando en todo aquello me quedé profundamente dormido. A la mañana siguiente la odiosa de mi novia entró sin permiso a mi habitación.

—Draquiss –dijo con su chillona voz– levántate querido, hoy iremos a Hogsmeade.

—No iré –dije sin ganas.

—¿Estuviste bebiendo? –dijo cuando vio la botella media vacía a un lado de mi cama.

—Si, ¿hay algún problema?

—Sí. Tú nunca bebes a menos que te haya pasado algo.

—Pansy, tú no sabes nada. Ahora vete, quiero seguir durmiendo.

—No me iré, debemos...

—¡Basta! –la corté– Ve por tu vestido, le mandaré una lechuza a mi madre para que me mande un traje. Ahora si eres tan amable...

Mientras le decía eso, me había levantado para abrirle la puerta. Su cara era de indignación. Trató de besarme pero no la dejé. Una vez que salió, cerré la puerta y me volví a acostar, seguí pensando en lo sucedido la noche anterior y volví a caer en la melancolía. Tomé el poco de whisky que me quedaba y luego abrí una segunda botella. Así me la pasé todo el día, bebiendo.

Pansy P.V.O

Mi novio anda muy raro. Esta mañana cuando entré a su habitación vi una botella casi vacía de whisky de fuego. Me echó sin siquiera darme la posibilidad de darle un beso. Quizá tiene problemas con sus padres, aún no lo sé pero averiguaré qué pasa.

Una vez que dejé a Draco solo, fui junto a Astoria a Hogsmeade a comprar el vestido perfecto y muchos accesorios. Debemos ser las mejores para que todas las demás nos envidien. Solo espero que mi novio mejore su humor, no me gusta verlo así.

Hermione P.V.O

Después de lo sucedido anoche, lo único que quería era seguir durmiendo. Pero mi paz fue interrumpida cuando Ginny entró sin siquiera llamar a la puerta.

—¡Arriba mujer! ¡Debemos ir a Hogsmeade! –gritó– Pero antes quiero que me cuentes que tal la cita anoche.

De la nada lágrimas brotaron de mis ojos, mi pelirroja amiga al verme se acercó y me abrazó.

—¿Qué te hizo ese infeliz?

—Ay Ginny! –la abracé con fuerza y seguí llorando.

—¿Ahora sí me dirás qué pasó? –dijo una vez que me tranquilice.

Asentí y comencé con mi relato.

—Anoche cuando terminé de cenar me dijiste que fuera al lago. –ella asintió– Yo no iba a ir. De hecho, no fui –su cara era todo un poema– Antes que digas algo no me apetecía ir, así que me vine a mi habitación. Antes de llegar, me encontré en el pasillo con Padma.

—¿Qué te dijo? –me interrumpió.

—Me dijo que necesitaba hablar conmigo, en un principio no quería pero me suplicó y me rendí. Le dije que debía ser una conversión corta porque tenía un compromiso.

—Así que compromiso, ¿eh? –volvió a interrumpir.

—Como te decía –reí– le tuve que decir eso, y me dijo "Oh! que rápido superaste lo de Ron" –dije haciendo comillas e imitando su voz– La cosa es que le expliqué que tenía un compromiso con Dumbledore, obviamente eso no era verdad pero necesitaba una excusa. Luego de eso comenzó a disculparse y finalmente me dijo "solo perdón por meterme donde no debía." Y se fue.

La profecía (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora