La profecía (pausada)

Futuro incierto

Narrador P.O.V

La habitación de Hermione estaba en penumbras y lo único que iluminaba la estancia era la luna. La castaña abrió los ojos y miró por la ventana, sentía una paz tan grande en ese momento, era algo inexplicable. Quiso mover su mano izquierda pero algo se lo impidió, al girar su cabeza lo vio, estaba velando sus sueños y eso la hizo sonreír. La luz de la luna le llegaba directo al rostro, iluminándolo y dándole un aire angelical. Se veía sereno, tranquilo, sin preocupaciones; parecía un ángel caído del cielo. Con la mano que tenía libre, osó acariciar su cabello; era tan suave, tan brillante, tan de él.

Lo contempló en silencio un largo rato, no quería despertarlo, quería seguir disfrutando de la vista que tenía en ese momento. Quizás, sí debería darle una oportunidad, pero no, eran muchos los años de insultos y malos tratos, ¿cómo podría olvidar todo de un día para otro? Era casi imposible. Decidió que lo mejor sería pensar bien esa posibilidad, quizás si él le demostraba que sus sentimientos eran sinceros podrían estar juntos.

Muchas veces pasamos de personas que nos quieren realmente, debido a muchas cosas que ocurrieron en el pasado, nos resulta difícil aceptar las palabras del otro. Estamos tan cegados que no pensamos que todos esos "enfrentamientos" que tuvimos con esas personas solo fueron una forma de acercarnos inconscientemente. Quizás, solo quizás, siempre le intrigó la forma de ser del rubio, su carácter tan misterioso y a la vez tan susceptible.

Pero, ¿quién era ella para pensar eso de él si apenas lo conocía? Con suerte las veces que cruzaron palabras en años anteriores era para insultarse mutuamente. Quería conocerlo, darle la oportunidad de que se mostrara tal cual es porque en el fondo sabía que era un buen chico, pero algo la frenaba, sentía una gran incertidumbre respecto al tema. El qué dirán la golpeaba constantemente, sus amigos, los padres y amigos de él no lo aceptarían. Jamás aceptarían una relación entre dos enemigos declarados hace tantos años. Vaya Merlín a saber lo que sucedería en el futuro. Con esos pensamientos cayó rendida en un sueño profundo, durmió mucho más tranquila sabiendo que él estaba ahí, a su lado.

El rubio sintió una pequeña molestia en sus ojos, era el sol que le indicaba que ya había amanecido y que debía despertar. Alzó la vista y la observó una vez más como estuvo haciendo gran parte de la noche. Él sintió las caricias de ella, no quiso decir nada, dejó que la castaña se perdiera en sus pensamientos y volaran sin ningún tipo de interrupción. Se veía hermosa a pesar de lo pálida que estaba. Hermione se removió un poco en aquella incómoda cama de hospital y comenzó a abrir sus ojos. Sus miradas se conectaron y ella enrojeció levemente, se ponía nerviosa por tenerlo tan cerca.

—Buenos días –dijo él sin despegar la vista de ella.

—Buenos días –respondió con la voz ronca– ¿Cuánto tiempo llevas observándome?

—Lo suficiente para darme cuenta que estás sonrojada –ella quiso decir algo pero no pudo– tranquila, te ves adorable.

—Malfoy, por favor –rió– vengo despertando, no me puedes encontrar "adorable".

—Pues yo creo lo que quiero –le regaló una sonrisa– ¿te molesta que te digan la verdad?

—No, pero viniendo de ti se me hace raro.

—Comprendo –se paró de la incómoda silla y se sentó en la cama– Deberías acostumbrarte a que te diga la verdad ya que, lo haré seguido.

—Lo llevas haciendo años –susurró por lo bajo.

Él, que escuchó lo que dijo se sintió horrible porque sabía a lo que se refería. Apartó un mechón de pelo que caía sobre su cara y suspiró.

—Lo sé –dijo finalmente– y no sabes cuánto me arrepiento de eso. Espero algún día me puedas perdonar todo el mal que te hice.

—Claro que lo haré, pero no ahora. Demuestra que mereces mi perdón y hablaremos.