La profecía (pausada)

Atando cabos (parte 1)

Narrador P.O.V

El chico la estrechó con más fuerza y se dejó llevar en ese cálido abrazo, olvidándose que tras él estaban su mejor amigo y los amigos de su chica. ¿Qué más daba si lo veían así? Estaba feliz, por primera vez en semanas lo estaba. Ahora sí estaba más tranquilo, con su madre a salvo y su chica también…

—¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo has escapado? –preguntaba el rubio.

—¡Hey, estoy aquí! –respondió ella– Eso es lo importante en este momento.

Se abrazaron nuevamente pero fueron interrumpidos por un carraspeo a sus espaldas.

—Disculpen, –habló Harry– pero nosotros también estamos aquí.

—Lo siento... –se disculpó la castaña lanzándose a los brazos de sus mejores amigos– No saben lo mucho que los extrañé.

—Y nosotros a ti. –dijo Ron.

—¿Te puedo dar un abrazo? –preguntó Theo Nott cuando vio que la chica soltó a sus amigos.

—Claro que sí. –respondió– Ven aquí.

Ambos se abrazaron y la cara de sorpresa del pelirrojo y el azabache no se hicieron esperar, mientras que el rubio sonreía feliz.

—No te conozco muy bien, pero me alegro de que hayas vuelto. –comenzó el castaño en un susurro– Lo hubieses visto, parecía un demente… –Hermione rió y para Draco, fue como música para sus oídos.

Una vez se calmaron los ánimos, se dispusieron a sentarse nuevamente, había mucho de qué hablar y tal vez poco tiempo. ¿Por dónde comenzar a hacer las preguntas que rondaban por sus cabezas? ¿Cómo explicar todo lo que había pasado en la ausencia de la castaña?

Los chicos se miraban entre sí, nerviosos y sin saber que empezar a decir. Hermione los miraba un tanto desconcertada, ¿era normal que la miraran como si fuera un fenómeno? ¿Acaso tenía algo en la cara?

—¿Qué sucede? –preguntó al fin– Me están asustando…

—No sabemos por dónde empezar... –respondió Draco– Es un tanto complicado.

—¿Sabes quién es la persona que te secuestro? –preguntó Theo sin el más mínimo tacto.

—Sí, lo sé. –respondió– Es Charlotte Smith.

—¿QUÉ? –preguntaron los cuatro chicos al unísono.

—¡Es imposible! –dijo Harry– Por lo que me dijo un día el profesor Dumbledore, ella pidió permiso para ir a verte al hospital…

—¡Yo sabía que algo se traía entre manos! –exclamó Draco– ¿Fraternizar con el enemigo? Qué bobería.

—¿Es en serio, Malfoy? –preguntó Ron– Tú estás con Hermione, y se supone que era tu enemiga.

—¿Cómo te atreves, comadreja estúpida? –respondió furioso.

—¡Ya basta! –gritó Hermione, llamando la atención de varias personas– ¡Aprendan a comportarse!

—¿Y no sabes qué planes tenía? –preguntó Theo, desviando el tema.

—No mucho. –contestó la castaña– Solo sé que quería matarme y echarle la culpa a tu madre, como ella estaba encerrada conmigo… –miró al rubio– Por cierto, ¿alguien sabe algo de ella? Hace varios días llegó Charlotte y se la llevó…

—Está en San Mungo. –respondió el rubio, interrumpiendo a la chica– El mismo día que apareció, le borraron la memoria… Con suerte y sabe quienes somos. Gracias a Merlín y está mucho mejor, le darán el alta en estos días.