Capítulo 28

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¡Concurso de cómics en la ciudad! ¿Vas a participar?


Arqueé una ceja. Apenas había dejado a mi amigo y ya estaba escribiéndome.


–¿Qué es eso? –respondí a su mensaje.

–Acaba de llegarme, es una invitación a una competencia de cómics propios, duh. Como te he visto dibujando en clases sujetos aleatorios supuse que tal vez te interesaría participar con una historia propia.

–Oye, es una buena idea... –lo consideré seriamente durante un momento– Sí, tu ganas, participaré.

–¡Bien, así se habla!

–Pero... ¿Cómo se participa?

–Bueno... –contestó él– Creas una historia, le haces un cómic, la presentas el día del concurso, ganas el gran premio... y fin –dijo haciendo énfasis en la última prte.

–Gracias por la fe. Pero... espera, ¿Dijiste gran premio? –tenía más dudas que cosas claras– O una pregunta mejor, ¡¿Por qué te interesa tanto que participe...?! ¡Te atrapé, tú quieres el premio, ¿no?! –acusé.

–No... yo... –tardó en responder.

–¡Mira si te conozco! –le recriminé.

–¡Oye! –protestó– Yo podría ser tu compañero de trabajo, digo, tú dibujas, yo podría hacerte un buen guion, solo debes aceptar –agregó un guiño al mensaje.

–Como dije, acepto. ¡Pero me quedo con la mitad del premio!

–¡Ay no se vale! –se quejó– Bueno, ¿Qué más da? Trato hecho.

–Así me gusta. Ahora, a lo impotante...

–¿De qué será la historia?

–¿Qué? No, eso lo veremos después, ¡Dime cual es el premio!

–¡Oye! ¿Ahora quién es el interesado? –dijo entre risas– Pero... el premio es la publicación del cómic elegido... y la colección completa de The Walking Dead más un sombrero de sheriff.

–¡¿Qué?! –exclamé con los ojos brillantes– ¿Dónde firmo?

–Así me gusta –contestó riéndose.


Luego de eso comenzamos el proceso de la inscripción al concurso, tendríamos un mes para presentarlo en físico y a color a un jurado en una gran convención de historietas que habría en la ciudad. Tendríamos una fuerte competencia, eso era seguro. Pero un aficionado al dibujo, junto a un amante de los cómics, era el dúo perfecto.

Lunes por la mañana, tomé mi caja de lápices de colores, un cuaderno y salí en dirección al colegio.





La chica del pin de la sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora