Capítulo 79

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Esa noche volví a casa desconcertado.

No podía creerlo... Todo se había ido al demonio. Me lancé de cara a mi cama y caí dormido.

Desperté por la mañana, esperando haberlo soñado todo, encendí mi computadora como siempre y revisé mis redes sociales. Casi se me sale el corazón por la boca cuando vi una foto de mi cara en primera plana (al lado de la cara de Adam, vale aclarar). ¡¿Cuál era la necesidad de subir fotos mías?! Para equilibrar, también había fotos nada favorecedoras del chico de pelo azul, el supuesto ganador oficial.

Suspiré agobiado al ver un nuevo mail en mi bandeja de entrada, anunciando la futura publicación de mi cómic e invitándome a trabajar con otros artistas en su edición.


– ¿El chico famoso necesita ayuda? –susurró a mi oído una voz conocida.


Ahogué un gritó y giré la silla esperando ver a un asesino serial con máscara de hockey. Cerca de mi imaginación, me encontré a Wally con una máscara del sujeto de "V for Vendetta".


– ¡Estúpido, un día de estos vas a matarme! –exclamé furioso– ¡¿Cómo entraste a mi casa?! –exclamé. Bajé la vista momentáneamente, confirmando con horror que solo llevaba puesta mi ropa interior– ¡Mira para otro lado, acosador!

–Relájate, como si recién descubriera como entrar a tu casa por el patio...

Clavé mis ojos desorbitados en los suyos. Inmediatamente, Wally estalló en risas.

–Voy a morir ahogado –masculló mientras reía a más no poder– Tu hermana menor me dejó entrar a cambio de golosinas... Pero en serio, no es la primera vez.

Estampé la palma de mi mano contra mi cara.

–Como sea –suspiré– Quieren empezar a preparar mi cómic para publicarlo... ¿Puedes creerlo?

–Sí, porque estaba allí cuando lo anunciaron –se encogió de hombros– ¿Qué te tiene tan... asombrado?

– ¿Entiendes o que significa... que esté a punto de publicar mi primer cómic?

– ¿Qué tienes talento? ¿Qué ganarás dinero con tus dramas de adolescente? ¡¿Un pequeño paso para un hombre pero un gran paso para la humanidad?! ¡¿Qué quieres que te diga?!


Me paré de frente a él.


–Wally... –susurré– ¡Voy a ser famoso! –grité. Entonces empezamos a vitorear y saltar como un par de lunáticos.


Oh, la dulce amistad juvenil...

A veces extraño esas cosas.

Porque el tiempo corre como un lápiz sobre una hoja. Y créanme, desde ese entonces he pasado muchas horas con un lápiz en la mano ideando historias locas con mi amigo.

Sí... Esto es el final de esta historia...


O al menos de este capítulo, porque se preguntarán "¿Dónde estará la chica del pin de la sonrisa?".

La chica del pin de la sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora