Capítulo 18

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Salimos de la escuela charlando vivazmente. Mi amigo iba contándome sobre el cómic que me había regalado, hasta que, por despistado, tropecé con alguien y caímos al suelo. 


Me levanté sacudiendo mi ropa y dirigí la mirada, ceñudo, a la persona que me había atropellado. Era una chica de pelo oscuro con una mochila llena de pins coloridos. Abrí los ojos al máximo y me quedé boquiabierto.

Ella también se puso de pie, entre quejidos y gruñidos y me miró mordazmente. ¡Era ella, la chica del otro día en el parque, la que odiaba las secuelas en general!


–¡Tú! –me gritó furiosa, apretando los puños. Un golpe comenzaba a distinguirse en su frente.

–¿Tú? –la miré de pies a cabeza, algunos de sus pins se habían soltado de su mochila– Oye, lo...

–Torpe –exclamó mordiéndose el labio, tomó como pudo sus cosas y se marchó a paso vivo.

–Vaya chica –exclamó mi amigo a la vez que nos mirábamos confundidos.



Volví a mi casa, un tanto confuso, con mi nuevo y preciado cómic. Lo abrí y olí sus páginas, oh, aquel aroma a cómic. Comencé a leerlo, estudiando minuciosamente cada imagen y diálogo, buscando la razón por la cual era tan importante que todo fanático de los cómics lo conocía.

Pero, justo en la parte más dramática, mi madre entró abruptamente a mi habitación con un canasto de ropa limpia. La miré perplejo.



–Javier, ordena tu ropa –demandó con mala cara– Ya terminaste tu tarea, ¿No?

–A decir verdad...

–¡Deja esa revista y hazlo! –ordenó y tuve que asentir de mala gana.


Dejé La broma asesina a un lado y tomé mi carpeta. Hojeé la tarea, tomé mi lápiz y suspiré...


–Bueno, es hora. Concéntrate –me dije a mi mismo.


No tardé ni dos minutos en darme por vencido y volver a tomar el cómic.


–¿Quién necesita aprobar Física? Mejor me dedico a crear mi propio cómic –dije soñando con un futuro sin matemáticas ni tarea.



Tomé un lápiz y comencé a hacer bocetos en una hoja. No eran necesariamente una obra de arte, pero eran aceptables.

La chica del pin de la sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora