CAPITULO I

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TERRY

Abro los ojos, oscuridad TOTAL. ¡Me encanta la oscuridad!, faltan 5 minutos para las 5:00 de la mañana, no sé para qué uso el despertador, siempre despierto antes de que suene, froto mis ojos con el índice y pulgar derechos, y me quedo ahí... observando la infinita penumbra con una sonrisa en el rostro, recordando la noche de anoche... ¡¡Demonios, qué mujer!! ¡Y qué curvas! ¡Además es viernes! Así que se supone que tengo razones para sonreír. El despertador suena y sí, es un estúpido gallo el que canta, ¡¡Carajo, tengo que cambiar el tono del despertador!!

Me dirijo directo al baño, las vendas sobre mi pecho producen comezón, me observo en el espejo, si no fuera por estas malditas vendas... frunzo el ceño, endurezco la mandíbula, y cierro los puños instintivamente ante la rabia que me acompaña día a día. Un momento después, cierro los ojos, respiro profundamente tratando de aclarar mi mente y relajar los músculos, así que, como siempre digo: "Nadie Dijo Que La Vida Fuera Fácil!... me lavo el rostro, los dientes y recojo mi cabello con una liga, ya está muy largo, un poco arriba de los hombros. ¡Tengo que cortarlo!

En el vestidor, me coloco un short negro con vistas rojas, y busco los tenis a juego, tocan a la puerta.... 2 toques, es Frankco. Una vez que le permito el acceso, entra con 2 rebanadas de pan tostado con crema de cacahuate y un pequeño jugo de naranja, depositándolo en una pequeña mesa, como de costumbre.

Terry: Ya puedes encender la luz, quítame esto.

Sabe que me refiero al vendaje que rodea mis pectorales y mi hombro izquierdo, con un –Sí Sr. -. Comienza a quitarme el vendaje que se ha aflojado un poco por la noche, al quitarlo por completo me paso la mano por el pecho y el hombro... Molesta, pero no mucho. -No está inflamado -. Menciona Frankco positivo.

Le respondo con un movimiento de cabeza sin muchas ganas, claro que en mi condición, esto se supone que es bueno. Esparce la pomada que usualmente uso para el hombro y el omóplato y nuevamente coloca el vendaje.

Frankco: ¿Así está bien? (Refiriéndose a lo ajustado del vendaje).

Terry: Un poco más.

La presión me provoca una punzada de dolor, pero no lo demuestro, como siempre... me trago el dolor con el rostro impasible, ya debe ser cansado encargarse de esto, cuando no es su obligación, como para que también tenga que escuchar quejidos.

Frankco: ¿Se le ofrece algo más Sr.?

Terry: No Frankco, puedes retirarte.

Una vez solo, me oprimo un poco el hombro con la mano derecha, ¡¡Está bien!! Me digo a mí mismo tratando de convencerme, hoy no duele, solo es una molestia...

Desayuno lo que me ha traído, mientras reviso los mensajes en mi celular, los idiotas de mis amigos siempre me mandan fotos o mensajes por WhatsApp. Para Carlo el fin de semana comienza en jueves, y nos envió a Dereck y a mí una selfie con una vieja bastante buena en un antro, ¡Idiota! tiene 31 y aún se comporta como en la universidad, pero no dejan de causarme gracia sus tonterías.

Al terminar de desayunar me coloco la playera con cuidado y me dirijo al gimnasio. Caliento un poco y el hombro duele, siempre duele, pero termino mi rutina de pesas, después media hora de bicicleta y estoy listo para ir directo a la ducha. Una vez afeitado meticulosamente, me coloco unos bóxer blancos, el pantalón de un traje beige de lino, unos zapatos café, y... 2 toques en la puerta...

Terry: ¡Pasa Frankco!

Una vez que extiende la pomada por mi hombro izquierdo coloca nuevamente el vendaje. –Puedes retirarte -. Termino de vestirme con una camisa azul claro, el saco y mi cabello... Bueno, es viernes, puede quedarse suelto. Bajo y tomo asiento en el jardín trasero, donde generalmente tomo mis alimentos.

El Sr. del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora