CAPITULO X

569 56 1
                                    

TERRY

Una punzada en el hombro me despierta, lo sujeto instintivamente, pero al apretar mi mano izquierda por el reflejo del dolor, una pequeña mano está entre la mía, me obligo a abrir los párpados que pesan terriblemente, ¡Paty!, descansa el rostro sobre un brazo en mi cama, está sentada en el sillón, en una posición bastante incómoda, el cabello ondulado cubre sus hombros, sus facciones finas y cálidas transmite paz, una paz que yo no tengo, es... Hermosa, no hay otra palabra que la describa mejor.

-Mami, mami -. Gritaba mientras tocaba en la habitación de mis padres. –Pasa mi niño -. Entré corriendo y me metí a su cama en medio de los dos, mi madre me abrazó cariñosa, llenándome el rostro con cálidos besos.

Renata: ¿Qué pasa cariño?

Terry: Me prometieron que iríamos a cabalgar.

Renata: Y lo haremos mi amor, pero es muy temprano ¿No crees?

Terry: Me prometieron que iríamos temprano.

Mi padre que nos daba la espalda se giró, al ver a mi madre una enorme sonrisa llenó su rostro, -Cada mañana que despierto a tu lado, me doy cuenta que soy el hombre más afortunado del mundo, por tener a la mujer más bella -. Mi madre le devolvió la sonrisa y se acercaron para darse un cálido beso dejándome atrapado entre los dos. –¡¡Me aplastan!! -. Me quejé y ambos empezaron a reír. –Terry, cuando encuentres una mujer que te maraville con su presencia por las mañanas al despertarte, entonces habrás encontrado a la mujer con quien compartir tu vida -. Dijo mi padre con los ojos cautivados por la belleza de mi madre, la cual no dejaba de sonreírle.

Presiono su mano por el impacto del recuerdo que tenía perdido en mi subconsciente, comienza a despertar, al percatarse de mi presencia pregunta en tono preocupado si me encuentro bien, sonrío, al menos lo que me permite el dolor.

Terry: Hace muchos años un hombre me dijo que cuando encontrara una mujer que me maravillara con su presencia por las mañanas, entonces habría encontrado a la mujer con quien compartir mi vida y tú esta mañana estás maravillosa. (Se ruboriza, lo que provoca que se vea aún más adorable).

Paty: Por eso no pasa la noche completa con ninguna mujer, ¿Para evitar que lo maravillen?

Terry: Ninguna habría podido lograr este efecto, como tú lo has hecho.

Paty: Pero usted y yo no compartimos una vida.

Terry: Lo estamos haciendo, hermosa. (Su mirada es de dulce confusión).

Paty: Gracias, pe-pero, ¿Cómo se siente? ¿Quiere que llame al médico? (Cierro los ojos un momento, los párpados me pesan, estoy adolorido y aún estoy exhausto).

Terry: Estoy bien, solo... Tengo sed.

Tengo la boca muy seca, acerca el vaso con agua y me enderezo para tomarla, una punzada aguda en el hombro me paraliza y ahogo un gruñido en la garganta, la punzada es fuerte, coloca su cálida mano bajo mi nuca, -Con cuidado -. Suplica con ojos cargados de preocupación, me acerca el vaso y bebo, lentamente vuelvo a colocar la cabeza en la almohada.

Terry: Tranquila, estoy bien. (Intento mitigar su preocupación).

Paty: A mí no me lo parece.

Terry: Te aseguro que he estado peor. (Mucho peor, más ocasiones de las que quisiera).

Paty: Frankco mencionó algo parecido.

Terry: ¿Permaneciste aquí toda la noche?

Paty: Por supuesto, no podía irme.

El Sr. del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora