TERRY
El despertador a mi lado marca las 4:55 am, masajeo levemente mi hombro, no duele, una pequeña molestia solamente, valió la pena el descanso de ayer, empezamos bien la semana. Suena el maldito gallo. ¡Tengo que cambiar ese ridículo tono! Frankco llega puntual como siempre y comenzamos el patético ritual, deja mi desayuno, coloca la pomada, el vendaje y se retira. Después de una hora de ejercicios de concentración de kung-fu, romper unas cuantas tablas y practicar algunas patadas en los costales, me voy a correr, nada como correr a esta hora con el sol ascendiendo tras el inmenso mar. El dolor aumenta, intento relajar los músculos con algunos estiramientos y directo a la ducha. Frankco, coloca la pomada y nuevamente el vendaje, ¡Esta maldita rutina! Cierro los ojos y respiro profundamente tratando de relajarme, – ¡Nadie dijo que la vida fuera fácil! -. Escojo el traje gris claro de lino, con una camisa blanca, un poco de perfume y listo.
Paty contempla la vista en el quiosco del jardín, su cabello vuela con el viento, su elegante figura cubierta con un vestido ligeramente arriba de la rodilla en color durazno con siluetas de aves en blanco dejan al descubierto esas perfectas piernas.
Terry: Hermosa... vista, ¿Cierto? (Se tensa un instante, la he sorprendido).
Paty: Es imposible apartar la mirada.
Descubro que sus labios lucen aún más apetecibles con ese toque de brillo, coloco un pequeño mechón de cabello atrás de su oreja y percibo cómo se congela al instante, ¿Será que siempre sí pongo nerviosa a la Srta. Debeaux? Ese pensamiento me saca una sonrisa. Una vez en la mesa, le indico a Adele, lo que me apetece desayunar, Paty solicita lo mismo aunque en menor cantidad y sin waffles.
Terry: ¿Lista para tu primer día de trabajo?
Paty: Sí Sr., quería preguntarle si voy bien vestida, nunca he estado en una oficina en la playa, no sé si sea adecuado lo que llevo y como usted indicó que fuera vestido o falda... (El nerviosismo y la vergüenza en su voz son evidentes, qué tontería, está perfecta, coloco una mano sobre la suya y nuevamente se congela sin apartar esos hermosos ojos verdes de los míos).
Terry: ¡Te ves hermosa! Buena elección.
El dolor sigue aumentando, extiendo mi mano derecha y Frankco actúa de inmediato. Le indico que hoy llevaré el Aston Martin, para que lo tenga listo. Antes de irnos me detengo por un momento, analizando si llevarla conmigo, se supone que no debemos intimar, así que decido que se vaya con Frankco.
Antes de llegar a la oficina doy mi recorrido matutino por el Paraíso, en un segundo Frankco está abriéndome mi puerta y alcanzo a ver que Jesse abre la de Paty, al llegar al último piso, Lía se levanta inmediatamente, tomando unas carpetas se coloca enfrente de su escritorio y me dedica una enorme sonrisa. Siempre me ha gustado cómo porta las minifaldas – ¡Buenos días Sr. Grandchester! ¿Qué tal su fin de semana? -. Al percatarse de la presencia de Paty desaparece la enorme sonrisa, pero disimula el desconcierto.
Terry: Excelente como siempre, ¿Y el tuyo?
Lía: Estuvo bien Sr.
Terry: Te presento a la Srta. Paty Debeaux, se está hospedando en mi casa, es ahijada del Dr. Tarson y entrará a laborar en el Paraíso. Lía es mi asistente ejecutiva. (Terminan las presentaciones al tiempo que Frankco revisa la seguridad del lugar). Paty espérame aquí un momento, en lo que reviso unos pendientes y enseguida platicamos sobre qué puesto vas a ocupar. (Lía me acompaña a mi oficina entregándome algunos documentos para firmar y poniéndome al tanto de la agenda del día).
Lía: Tiene una cita con el Sr. Torres a las 10:00 de la mañana, viene a exponerle 3 obras de teatro que está manejando.
Terry: Bien, déjame revisar algunas cosas y yo te aviso cuando hagas pasar a Paty.
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El Sr. del Paraíso
RandomSinopsis Terry Grandchester o el Sr. del Paraíso, como las personas a su alrededor lo llaman, un inglés con sabor brasileño, envidiado por los caballeros y deseado por las damas, aunque hay que mencionar que también algunos hombres lo desean. Dueño...