CAPITULO 35: FORTALEZA.

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Era domingo por la mañana y después de pensar un largo rato en lo que haría decidí escribirle a Jung Min un mensaje de texto, para ver si existía la posibilidad de que nos encontráramos y hablar.

Para: Mi Chaparro.

Hola, oye solo quería saber si te puedo ver en el

parque de siempre para poder hablar, creo que

sería adecuado hacerlo.

De: Young Mi

22/Febrero/2015 8:30am

Y la respuesta de Jung Min jamás apareció, mi domingo se estaba pasando más lento que la caminata de un caracol, estaba tan ansiosa que comencé a morder mis uñas.

Varias horas después recordé que debía repasar una materia para mis primeros parciales.

Aventé mi mochila sobre mi cama y comencé a checar los apuntes, segundos después recordé que aún tenía la libreta de Jung Min, la volví a sacar de mis cosas y escribí mil notitas más. Le pedía disculpas, le decía que me había comportado como una tonta y por si fuera poco aún lo quería demasiado.

Ya era lunes por la mañana y debía afrontarme a mi realidad, la cruel realidad de ver a Jung Min sin ser nada, probablemente me ignoraría, ni siquiera me buscaría para arreglar las cosas porque él jamás respondió mi mensaje.

Cerca del medio día terminé de arreglar mis cosas, y me dirigí a la instituto. No quería llegar, no quería verlo, no porque no lo deseara ver, sino porque sabía que actitud tomaría hacia mí, lo conocía tan bien que sabía que cuando se enojaba no le importaba decir cosas que dolían, eran esa clase de palabras que jamás olvidaría y yo no quería que me lastimara. Muy dentro de mi sabía que me estaba protegiendo a mí misma, y no por egoísmo, sino porque sabía que no me sentía con la capacidad de soportar semejante dolor.

Mis clases transcurrieron con normalidad, no hable con nadie, no me sentía con ganas de estar con nadie, ni siquiera con Jun, aunque me miraba de lejos y me sonreía él entendía perfectamente que quería estar sola.

- ¿Quién es Kim Young Mi? -Una chica de cabello pelirrojo estaba en el marco de la puerta preguntando por mí, pero no la conocía, tome un poco de valor para responder y saber cuál era el motivo de su visita.

-Soy yo, ¿que necesitas? -Camine lentamente hacia la puerta, con paso firme y la mirada fija en ella.

-El subdirector académico te está buscando, quiere que vayas a su oficina ahora.

La mayoría de mis compañeros se desconcertó ante el comentario, yo jamás había tenido problema alguno como para ser llamada a la oficina del subdirector, y esta vez debía ser demasiado malo como para que me presentara ahí.

-Buscaré a mi profesora para avisarle y no me ponga falta, estaré ahí en un momento.

-Está bien, suerte.

La chica se marchó junto con otro grupo de niñas. Con la mirada buscaba a Jun, no podía negar que me daba miedo ir a la oficina del subdirector. Jun se acercó a mi cuando logre encontrarlo.

- ¿Para qué te quiere "el lobo" en su oficina? -Así llamaban al subdirector, probablemente porque era grande y robusto, o por la enorme barba que tenía, de lo único que estaba segura era que tenía miedo.

-No lo sé Jun, por Dios que no me en metido en problemas.

-Te creo. ¿quieres que te acompañe?

-No, no, creo que iré sola esta vez.

-Entiendo, si necesitas algo ya sabes.

-Claro que sí, ahora vengo.

LA HISTORIA DE MI PRIMER AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora