CAPITULO 4: ME ENAMORE.

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Doy pasos en largo hacia mi aula asegurándome que Jung Min no venga detrás de mí; debía dejar pasar un tiempo sin verlo. Mis sentimientos por él, cada día me ponían más de nervios; cada vez que lo miraba o le hablaba me ponía a temblar y todo se detenía, era tan inexplicable lo que me hacía sentir. Esa sensación de hormigueo que recorría todo mi cuerpo cuando me sonría, cuando gritaba mi nombre, o simplemente cuando me llega un texto de él, es lo más desenfrenado y absurdo que eh sentido por alguien, porque es un amor  imposible, él tiene novia, y yo no quiero confundirlo con mis sentimientos absurdos.

Siendo la persona más coherente me aleje de él por unos días como me lo mentalice. Hace más de una semana que le entregue la carta, que no le veo, y mucho menos le envió ni un solo texto.
De vez en vez mi mente me traiciona haciéndome sonreír cada que recuerdo el mágico momento que vivimos cuando le di la carta, es como una mini película dentro de mi cabeza que repito una y otra vez sin cansarme, y que inevitablemente me hace sonreír

Los  exámenes por supuesto habían acabado, ahora me encontraba en "clases normales" esperando con ansias la ultima hora. Me sentía con la sensación de que algo bueno sucedería.
Cinco minutos después la campana sonó indicando que era hora de ir a casa, pero ya no me atrevía. Hace cinco minutos estaba segura de querer hacerlo, ahora tiemblo cual gallina de solo pensar que existe la posibilidad de toparme con Jung Min después de tanto.
Un par de minutos después tomando el valor suficiente me dirijo a las canchas de frontón en donde sé que están los chicos. Cada paso más cerca siento esa rara sensación de perder la fuerza en mis piernas.
Al llegar a las chanchas, me quedo en silencio mirando el juego, riendo bajito por las cosas que dicen, hasta que este se termina y notan mi presencia.
Todos, incluyendo mi primo me dedican una cálida sonrisa como si se alegraran de verme, y yo correspondo el gesto.

- ¡Milagro mujer! Te desapareces así nada mas -Decía Heo Young Saeng mientras se acercaba a saludarme.
- ¡Lo siento! No lo hare más, es una promesa. -Sonreí de lado.
-Hola amiga, creí que jamás en la vida te volvería a ver, casi lloraba porque ya no tenía con quien hacer apuestas, te eche de menos. -Dae-Hyun era un sensible de lo peor.
-Oye para tanto melodrama Dae, me harás llorar. -Hice un gesto de sentimiento fingido al cual todos rieron levemente. -¿Cómo crees que dejaría a mi compañero de apuestas? -Ambos reíamos mientras nos abrazábamos como los buenos amigos que ya éramos.

Justo después de desatar aquel abrazo con Dae me di cuenta que ahí estaba él, solo observándome. Me miraba de un modo inexplicable, el cual al pasar de los minutos  poco a poco me fue atemorizando; mire mis zapatos tratando de evadir su mirada, trague un poco de saliva ocultando mi nerviosismo ante su presencia.

-¿Cómo estás? -Se atrevió a preguntar primero.

-Oh por Dios su voz. -Me dije en mis adentros.
Escuchar su voz, aunque fuese en un tono enfadado me hacía demasiado bien. Era como si la tranquilidad y paz recorrieran cada fibra de mi ser.

Sin alzar la mirada me limite a responder. -Bien, muchas gracias ¿Y tú?

-También... Tiempo sin verte...

-Me alegro, lo sé, eh estado muy atareada.

Aquello se había convertido en una pelea para ver quién era más tajante y cortante. Al parecer íbamos empatados.

-Yo salgo de prisa, es por eso que esperaba a Hyun Joong del otro lado del puente para irnos. -Trataba de justificar mi ausencia de la manera más tonta y cobarde.

-Entiendo.

Ese último comentario me había dejado sin palabras, quería decirle más, pero estaba segura que comenzaría a tartamudear haciéndome ver aún más tonta, así que por esta vez elegí el silencio.

LA HISTORIA DE MI PRIMER AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora