Catfish ~Terminada

Capítulo 11

Me encontraba a las afueras del café de floré esperando a Jimin. El fresco clima de otoño era perfecto para un chocolate caliente o un café.

- Hola – Jimin se sentó junto a mí, en la banca en la cual lo estaba esperando.

- Hola – inevitablemente una sonrisa apareció en mi rostro.

- La noche esta perfecta para un café ¿no crees? – Jimin también sonrió.

- Eso mismo estaba pensando.

- Entonces entremos ¿Has estado antes aquí?

- No, nunca antes – Jimin y yo nos adentramos en el café.

- Por lo que sé se grabó una película aquí, por eso este lugar es tan conocido.

- No creo que sea solo por eso, este lugar es hermoso – De suelo de madera y cielos blancos, iluminados por un montón de luces, este lugar era simplemente increíble. Decenas de personas se encontraban sentadas en sus sillas y sillones color rojo vino, que combinaban con el lugar – ¿Tendremos dónde sentarnos? – pregunté algo preocupada.

- Claro que sí, hice una reserva – Jimin me guiñó un ojo.

- ¿Tiene reserva señor? – uno de los meseros se nos acercó, hablándonos obviamente en francés.

- Sí, a nombre de Park Jimin – el mesero comenzó a revisar una lista que tenía sobre su pequeña mesa.

- Por aquí señor Park – Jimin y yo seguimos al mesero hasta nuestra mesa cerca de uno de los ventanales – Aquí tienen – el mesero nos entregó la carta del lugar, una vez que sentamos – volveré en unos minutos para tomar su orden.

- Muchas gracias – intenté ocultar la sonrisa que se estaba formando en mi rostro pero no pude – ¿Por qué sonríes?

- Recuerdo que me dijiste que en la escuela te iba pésimo en francés y ahora lo estás hablando – Jimin soltó una pequeña risa.

- Siendo honesto, sigo apestando en francés pero ahora la supervivencia me ha hecho aprenderlo más rápido. Me imagino que a ti se te ha hecho bastante fácil.

- La verdad sí, pero mis clases son todas en francés avanzado, así que igual es algo complicado.

- ¿Qué deseas comer? Hoy yo invito y recuerdo que comes mucho – reí ante su comentario.

- Muchas gracias y no tendré compasión.

- No te preocupes, es la tarjeta de papá así comamos todo lo que queramos.

- Dulce venganza entonces – reí y me dediqué a observar la carta.

- Creo que yo pediré un café negro y un sándwich de queso y tomate ¿tú?

- Un chocolate caliente y un sándwich vegetariano.

- ¿Pasteles no?

- Más tarde – sonreí. El mesero volvió a nosotros unos minutos más tarde y tomó nuestra orden.

- Tengo algo para ti – Jimin tomó su mochila y sacó un libro de él.

- Destinos cruzados – leí en la portada – ¿todavía lo tienes? No lo puedo creer.

- Era el único recuerdo que me quedó de ti después de todo pero es tuyo, así que aquí tienes – Jimin estiró el libro hasta mí.

- Gracias – recibí el libro entre mis manos, sintiendo como si me hubieran de vuelto a un hijo.