Reí viendo como Nick tiene la mejilla derecha manchada con la salsa del pollo agridulce.
-¿Por qué ríes?-. Sonrió.
-¿Te gusta el pollo agridulce?-. Dejé los cubiertos a un lado.
-Mucho.
-A mi también-. Reí dándole un sorbo a mi bebida.-Pero no me lleno la mejilla de la salsa-. Sonreí.
Él se intentó ver, me reí y tomé una servilleta para ayudar a limpiar su rostro. Él me sonrió cálido.
-Gracias-. Dijo a los pocos segundos. Sonreí en respuesta y miré de mi comida, para continuar comiendo de ésta. ¡Amo la comida china!
Al acabar, Nick pidió una torta de chocolate de postre para los dos, luego nos dividimos el pago de la comida.
-Conozco un lugar bueno para caminar-. Dijo Nick.
-Si me vas a llevar cargada, puede que lo piense-. Le dije.
Él solo rió.
-¿No quieres caminar?
-¡No! Quiero dormir. Y como ya estoy llena, descansaré bastante-. Me monté de copiloto.
-Vamos a un bar-. Dijo. Yo lo miré rápido.
-¿Qué?
-Ahí están mis amigos. No nos quedaremos. Bueno... Si quieres tú no.
-No, no quiero. Osea, ¡Quiero llegar a mi cama! Yo se que ella me llama-. Contesté causando que Nick riera.
-Hagamos algo, te llevo a casa, y me voy al bar solo. ¿Sí?-. Comenzó a conducir.
-¿Solo?-. Lo miré.
-Sí.
-¿Te cuidarás? No llegues tarde a casa Nick-. Le dije no muy convencida de su solución con la ida al bar.
-No lo haré Kelly, y tú duerme, tranquila-. Me dijo muy tranquilo.
Sólo solté un largo suspiro para mirar por la ventana.
Al llegar a casa el detuvo el auto justo en el edificio. Yo lo miré.
-Nick... Pero no quiero dormir sola, ya me cansé de eso hace mucho-. Le dije.
-No estarás sola Kell-. Sonrió cálido.
-¿Te quedarás?-. Sonreí amplio.
-No-. Rió.-Pero no regreso tan tarde.
-Claro, entiendo-. Abrí el seguro y me intenté bajar. Pero su mano sobre la mía, me hizo frenar mis movimientos.
-Buenas noches. Cuando llegue trataré de no hacer bulla dormilona. Recuerda que mañana vamos a una fiesta-. Me sonrió. Yo asentí lento.
-Claro, buenas noches-. Respondí para terminar de bajarme del auto.-Gracias por la cena-. Dije antes de cerrar la puerta y adentrarme al edificio sin esperar respuestas. Llamé al elevador, y esperé a que llegara.
Al hacerlo marqué mi piso, y mientras subía en este, todo se apagó y quedé a oscuras. Al parecer se fue la luz, porque el ascensor se detuvo.
-Oh mierda-. Murmuré.-¡AUXILIO!
Comencé a gritar, me pongo nerviosa, muy nerviosa, porque estoy sola y no se en que piso estoy, porque no me había fijado en eso antes.
Busqué mi celular, pero no lo encontré en ninguna parte. ¡Rayos! Seguro lo dejé en el auto de Nick.
Me moví de un lado a otro, pensando que hacer, ¡Por lo menos si tuviese dulces y mi celular, no me angustiara tanto!¡Pero no! Ni celular tengo.
-El botón de emergencia-. Murmuré. Lo intenté buscar. Pero no puedo hacer casi nada, ya que no veo con claridad, pues no hay luz.
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Mariscal de Campo. (EN EDICIÓN)
Ficção AdolescenteAvancé un poco más, decidida a hablar con el dichoso Mariscal de campo. -¿Como me inscribo en el equipo de fútbol americano?-. Pregunté tranquila y con total seriedad. Todos rieron hasta llorar de la risa. Les alcé una ceja.- ¿Qué causó risa?.- preg...