Capítulo 33- ¿Te conozco de algún lado?

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Estacioné el auto mirando en todas las direcciones, pero hay demasiadas personas e identificar a Theo es como difícil sino sé como está, ni que tiene puesto.

Solté un suspiro para intentar dejar salir mis nervios, tomé mi cartera y bajé del auto cerrando de este.

Me miré en el reflejo del auto, y luego elevé la mirada.

Tengo puesto un short blanco alto, una camiseta rosada pastel, un abrigo de tela delicada color gris, mas largo en la parte trasera y totalmente abierto en la parte delantera dejando ver el conjunto. Mis converse blancas y un collar como decoración.

Comencé a alejarme del auto con pasos lentos, revisando el área.

Me detuvé junto a un carro que vende algodón de azúcar para no verme tan perdida y loca ante los demás.

Saqué mi celular y pensé en marcarle a Theo, pero una voz habló en frente de mi me interrumpió.

-¿Kelly?

Quedé inmóvil por microsegundos, y elevé la mirada, para encontrarme con la mirada clara de Theo, aquellos ojos que siempre tienen un brillo, aquella nariz perfilada de siempre y sus labios rosados ladeados en una sonrisa.

Enseguida reaccioné y literalmente le brinqué encima a Theo, abrazando su cuello fuertemente y él me aleja del suelo con un abrazo por la cintura.

Quiero llorar de felicidad, el perfume de Theo se apoderó de mi olfato mientras mis ojos se cierran por inercia.

-Que guapo estás-. Logré articular para alejarme con una enorme sonrisa.

Y comencé a detallarlo más. Ha cambiado muchísimo físicamente, está más alto que yo, cuando antes era al revés, su cabello está peinado hacia arriba y antes tenía el cabello siempre corto como un militar, está vestido bastante bien, la verdad que está muchísimo más guapo que antes.

-Lo sé-. Sonrió. Pero luego soltó una carcajada.-Mentira mentira. Yo no estoy nada guapo comparado contigo-. Me miró discretamente de arriba a abajo por lo que yo reí.

Lo miré a los ojos unos segundos, y volví a abrazarlo sin pedir permiso.

Él sonrió y me abrazó, luego me alejé y suspiré.

-Me tienes nerviosa-. Le comenté.

Quizás soy muy sincera.

-¿Y tu crees que yo estoy aquí de pie sin temblar de emoción y nervios?

Me reí un poco.

-Cuéntame que haz hecho estos 5 años, desde que nos cambiamos de colegio-. Comencé a caminar sin rumbo y él junto a mi.

-Uf realmente son tantas cosas, me metí en muchos problemas en la secundaria-. Rió mirando el suelo.-Pero ya me gradué, valió la pena ir a dirección un par de veces.

-Cierto que eres un año mayor que yo-. Sonreí.-Entonces eras un chico malo.

-¿Yo? Nada que ver. Fueron pequeños problemas-. Rió.-¿Y tu?

-Me han cambiado de instituto 5 veces-. Solté una pequeña risa.

-Entonces el chico malo soy yo-. Me miró y yo reí.

-No no... 3 de esas veces no fueron mi culpa he-. Elevé el dedo índice.

-¿Y que hiciste las otras dos veces para que fuera tu culpa?

-La primera vez estaba con un grupo de "amigos" y le hicimos una maldad a la directora haciéndola pasar vergüenza delante de todo el instituto, fue en tercer año de secundaria, y la última vez que me expulsaron fue hace poco en último año, porque me metí a la escuela a media noche para hacerle una venganza a los chicos de mi clase cuando me hicieron bullying delante de todos, me descubrieron y fuera del instituto-. Le expliqué.

Mariscal de Campo. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora