Capítulo 30- Quieres jugar con fuego.

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-¿Qué edad tienes, Kelly?-. Preguntó Ethan dándole un mordisco a su manzana, mientras caminamos con calma por los pasillos del instituto.

-18, ¿Y tú?

-Tenemos algo en común-. Rió.

-¿En serio?-. Lo observé de reojo al mismo instante que suelto una pequeña risa nerviosa.

-Y quizás otras cosas más. Oye, ¿Que te pasó en la mano?- cambió de tema al ver mi venda.

-Me caí en el pasillo ayer, soy una completa torpe-. Hice una pequeña mueca de decepción acariciando suavemente mi mano.

-Los accidentes le pasan a cualquiera-. Una pequeña sonrisa apareció en la comisura de sus labios.

-Pero no tanto como a mi, créeme-. Lo miré a los ojos evitando reír.

-Milo Murphy te dicen-. Contestó haciéndome reír a carcajadas.

-Bueno tampoco así, un poco menos-. Rasqué mi brazo derecho con suavidad.

-No exageres-. Sonrió.-¿Y como hiciste hoy con las clases?

-Solo observé- solté un ligero suspiro.-En parte es bueno porque para serte honesta, me aburre escribir, pero, no puedo hacer varias cosas que me gustan, bien-. Tomé asiento en una banca del patio y él se sentó junto a mi sin pensarlo dos veces.

-Como todo, tiene sus cosas buenas y malas.

-¿Ya saliste, Ethan?-. Lo miré a los ojos al recordar que aún clases para algunos alumnos.

-No, salgo tarde hoy, de echo... debería estar en clases en estos momentos-. Miró el reloj de su muñeca al mismo instante que ríe.

-¿Qué haces aquí entonces?¡Anda!

-¿En serio consideras que es mejor estar encerrado en el salón en vez de estar afuera con una chica linda?- me miró a los ojos con algo de diversión.-Pero tus deseos son órdenes, ¿tú no entrarás?-. Se puso de pie sin dejar de verme.

-Ya yo salí, tu tranquilo-. Sonreí.

-¿Y si me das tu número? Y quedamos para ir a comer helado esta tarde, ¿te parece?-. Sacó su celular

-Por mi no hay problema-. Le di mi número de teléfono y pronto se despidió con un beso en la mejilla para irse con una sonrisa caminando por aquellos pasillos.

Digamos que hay algo que me encanta en este chico, ¿alguien podría explicarme por qué no lo conocí antes?

Saqué mi celular del bolso y miré la hora. Como no tengo nada que hacer hoy, me iré a casa.

Por lo que me puse de pie y comencé a caminar con toda la calma y lentitud del mundo, pero alguien, específicamente Anne, se interpuso en mi camino interrumpiendo así la paz que comenzaba a tener.

-Kelly, querida Kelly-. Sonrió con cierta falsedad.

-Que raro que no andas con tu manada de zorras-. Hice una mueca de lástima y la traté de esquivar, pero lo evitó nuevamente.

-Si hablamos de zorras, eres la reina, porque yo no soy la que anda por ahí besando al mariscal del equipo, que por cierto, tiene novia- su sonrisa falsa de esfumó para dejar en cambio bastante seriedad.-Los vi besándose ayer, y si alguien se le ocurre correr eso, me dejarán como la tonta al que su novio engaña. ¿Acaso no ves que somos la pareja perfecta?

Mariscal de Campo. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora