04.

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No podía dejar de pensar en Niall, se me hacía un personaje interesante, con una gran historia en el trasfondo. Pero no hay manera de averiguarlo tan pronto. Ni siquiera habíamos cruzado tantas palabras, estoy segura de que las puedo enumerar con mis dedos.

Y diré que en realidad fui yo quien habló, porque él se limitó a... a seguir siendo él.

Si era obvio que el chico no era normal, y... ¡Vamos! No estoy intentando sonar como una estúpida, pero él no era exactamente lo que la sociedad llamaba "normal".

Él se veía vulnerable, inocente y por sobre todo muy asustado...

Necesitaba ayudarlo.

A la mañana siguiente me levanté, fui al baño e hice mis necesidades básicas. Intenté elegir rápido algún conjunto que no me hiciera ver como una vagabunda, ya me bastaba con el rostro que llevaba hoy. Agarré mis cuadernos, dinero y mi celular. Partí hacia la universidad.

- ¿Issa? –toqué su hombro exaltándola.

- Dios, Soph –susurró- me has pegado un susto de aquellos

- Lo siento...

- No te preocupes, el examen no me dejó dormir y estoy exhausta y extraña –me dio una sonrisa agradable- ¿qué pasa?

Ella tenía algo así como un sexto sentido, siempre sabía si algo no andaba bien conmigo.

- Le hablé –Dije comenzando a caminar hacia el salón.

- ¿A quien?

- A Niall... Digo, al chico que ha ido a Nando's todo este tiempo.

Issabella no habló, la voltee a mirar y ella tenía, literalmente, los ojos afuera.

Bueno, literal no. Pero casi.

- Estas diciendo que tú, mi tímida y adorable amiga, le habló a un chico.

- Vamos... No es cualquier chico, es ese chico que hace meses va hasta mi trabajo y no hace absolutamente nada, aparte de estar ahí e incomodarme –reí nerviosa.

- ¿Sabes su nombre? –una sonrisa coqueta atravesó su rostro.

- Te he dicho que le he hablado... -tragué duro- en fin, hablamos luego, no llevo tan bien esta clase.

- Pero...

Y me senté lo mas lejos posible de ella, no necesitaba ponerme más nerviosa de lo que ya estaba.

Quince para las cinco apareció el chico por la puerta, observé cada movimiento que hizo hasta llegar a su mesa.

- ¿Vas tú? –Preguntó Ethan- es tu novio y...

- No es mi novio

- Vale –rió- ve...

Nerviosa camine a paso lento hasta la mesa número nueve, esta vez me senté a su lado.

- Hey –susurré- ¿Cómo estás?

El no respondió, yo me senté a su lado.

- ¿Quisieras comer lo mismo de ayer, Niall? –Pregunté cuidadosa.

Observe a Ethan, el nos miraba atento.

Le pedí con la mirada que me trajera un plato con comida, el entendió enseguida. Doy gracias a Dios porque hoy no había tanta gente.

- Tú recuerdas mi nombre –murmuró más para el mismo que para mí.

- Sí, soy buena recordando nombres –sonreí- Y el tuyo es muy bonito, no lo había escuchado.

Y la verdad es que no lo había escuchado. Niall tembló un poco y no dijo nada. Yo miré hacía el ventanal incomoda, enserio quería saber qué pasaba con él.

- ¿Quisieras dar un paseo luego? –me atreví a preguntar- digo, me gustaría conocerte.

El permaneció unos segundos en silencio, nuestras piernas se rozaban un poco dándome la sensación de que en verdad solo estuviéramos nosotros dos.

Me asusté cuando el abrió la boca para decir algo, sin embargo no lo hizo.

- ¿Me ves? –su mirada azulada se posó con brusquedad en la mía.

- Claro –dije casi en un suspiro.

El se limitó a asentir y yo supe que no quería seguir hablando. Así que solo me levanté y fui a buscar su pedido.

Una vez que mi turno acabó, fui y me deshice de mi uniforme antes de caminar hasta donde estaba Niall.

- Ya nos podemos ir –le di una media sonrisa y me hice a un lado.

Niall se levantó, caminó en dirección a Ethan. Mi amigo, disimulado como siempre, le dio una mirada extrañado. Niall sacó un par de billetes de su chaqueta, los puso en frente de Ethan y se dirigió a donde estaba yo.

"Qué caballero" pensé, yo iba a ser quien pagara eso después.

Caminamos a paso lento por alrededor del London Eye. A medida que paso el tiempo Niall fue hablando cada vez un poco mas, pero no como para tener una conversación normal.

- Me he divertido mucho –hablé mirando como el sol se escondía- pero está oscureciendo, es hora de que me vaya.

Niall me miró asustado, negó con la cabeza reiteradamente, segundos después la gente comenzaba a mirarnos porque él estaba teniendo una especie de crisis.

- ¿Me dejar-r-ás? –dijo elevando la voz- ¡A-ayuda! N-o sé d-dónde es-s-toy.

Yo no supe cómo reaccionar. Me di mentalmente unos golpecitos, se suponía que me estaba preparando para ser sicóloga.

- ¿Dónde estoy? ¿Dónde estoy? ¿Dónde estoy? –entre sollozos lo repitió golpeándose la cabeza. Verlo así me partió el corazón.

- Niall, tranquilo –susurré cerca de él. Pero estaba desorbitado, no me ponía atención- Podemos caminar hasta tu casa.

Niall por primera vez me miró a los ojos, sentí escalofríos al notar tanto temor en su mirada. Lo abracé tocando con delicadeza su cabello, para que se calmara.

- Vamos hasta nando's y tú puedes guiarme ¿sí? –le sonreí.

El apretó su agarre a mi cintura y escondió su rostro en mi cuello, mi corazón latió con fuerza.

Sentía que tenía a un niño pequeño entre mis brazos, asustado porque no encontraba a su mamá en el supermercado.

Y comprendí.

- Todo irá bien –dije separándonos- nunca te dejaría solo.

Entrelacé nuestras manos y comenzamos a caminar hasta nando's. Niall era especial, yo lo sabía. Pero ahora todo está mucho más claro, como si hubiese quitado el polvo de un libro para saber su título.

Niall tenía Autismo.


«Autism» - n.h  •SERIA EDICIÓN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora