Dos horas habían pasado desde que aterrizamos en Londres, fue un viaje larguísimo.
Ahora recorría las calles de Londres sujeta de la mano de mi madre. Reía al ver como ella paraba a cada persona para preguntar la hora, ‘’solo por el acento’’, me recordaba luego.
Miré mi reloj, faltaban casi dos horas para que Niall llegara y comenzaran sus pequeñas vacaciones para luego seguir con el tour. Decidí junto a mamá ir hasta el aeropuerto a buscarlo, darle una sorpresa.
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Tenía una botella entre mis manos, mis uñas raspaban la cinta que la envolvía haciendo un sonido incomodo y nervioso. Faltaban minutos para volver a ver a Niall.
¿El problema? Es que no era la única esperándolo. Habían más de cincuenta chicas asomadas en la puerta por la que debían aparecer. Yo solo era una más de ellas, casi ni me veía.
Los gritos aumentaron y como si estuviera en una película, todo pasó en cámara lenta.
Ellos salieron saludando, las chicas como verdaderos animales intentaban acercarse a ellos para poder conseguir algo.
Me alejé, asustada, pero sin dejar de verlos.
Ahí estaba el, ahí estaba Niall.
Sus ojos se veían cansados pero no dejaba de sonreír. Trate de gritar algo, de hacerle saber cuan cerca estábamos, pero mi voz no salió. Solo me quede ahí, sintiendo como si no existiera, como si fuera una más, como si no afectara el hecho de que yo lo sentía mi vida, mi todo, la razón por la que respiro y por la que estoy acá, en Londres. Sintiendo como el no notaba mi presencia. Y me compadecí, de mí, de ellas. Porque no estábamos haciendo la diferencia.
Ellas y yo lo sentíamos tan de nosotras, tan cercano. Pero para el simplemente éramos un revuelto de chicas gritonas. Nadie hacía la diferencia allá.
Ellos no nos sentían como nosotras lo hacíamos.
Y dolió, dolió mucho.
- Lo mejor será salir de acá –Dijo mi madre cerca de mi oído- Vamos al departamento y lo esperamos allá.
Sonreí y asentí, no podía olvidar que todo había cambiado. Que ahora nada podría hacerme caer.
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Mamá y Maura reían serenas en el nuevo living de mi hogar, si, hogar.
Nerviosa revisaba la hora en mi Celular, ansiaba verlo un montón. Pero todavía no llegaba.
- Me ha llamado –Habló Maura sacándome de mis pensamientos- dice que se ha retrasado porque se encontró con alguien, pero que ha llegado bien.
Le sonreí, Niall tampoco sabía que Maura estaba acá.
Fui hasta el baño para poder refrescarme, la verdad es que no dejaba de pensar en cómo reaccionaría Niall. Mis nervios estaban que me mataban.
Niall:
No sabía bien lo que estaba haciendo. Pero es que era tan confuso, ella era tan hermosa y dulce.
Besé sus labios cortamente, ella vino hasta acá solo para recibirme.
- ¿A dónde vamos, bebé? –Algo se removió en mi estomago, incomodo.
- Eh, a mi casa –Rodee el auto- estoy un poco agotado.
- Entiendo –Me sonrió como solo ella lo hacía- si quieres puedo hacerte un masaje.
Reí al ver cómo me guiñó el ojo en un gesto sensual. Sophie nunca haría algo tan atrevido.
Demonios. ¿Qué estaba haciendo?
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«Autism» - n.h •SERIA EDICIÓN•
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