Me subí al auto de Harry. Veinte minutos después llegamos a la casa de Niall, al parecer no había nadie. No estaba el auto de Maura.
Me baje, y pude observar que en la calle de al frente había un grupo de chicos, constituido por tres niñas y dos niños. Uno de ellos me miro con una sonrisa burlona y coqueta, temblé por ese gesto.
Casi corrí a la puerta, toque tres veces y sentí risas detrás de mi.
-Es sean –susurró Harry detrás de mi.
-Ya me di cuenta.
Toque otras tres veces.
-Vamos mi amor… -murmuré deslizándome por la puerta- Abre cariño, por favor.
Sentí un leve click y me levante, Niall abrió la puerta y nosotros entramos rápidamente.
Niall, mi pequeño Niall estaba lleno de lágrimas, sus ojos levemente enrojecidos y cansados, con grandes bolsas moradas debajo de ellos.
Su cuerpo estaba tenso, y su cabello totalmente desordenado.
-¿cómo estas amigo? –murmuró Harry.
El se encogió de hombros y deslizo su mirada hacía mi, mi corazón cada vez se rompía mas.
-Ven, vamos a sentarnos –lo agarre de las manos y lo lleve hasta el sofá.
Pasaron varios segundos en los que nadie habló. Hice que Niall apoyara su cabeza en mis piernas. Mire a Harry que estaba frente a mi. Niall empezó a sollozar y Harry se tenso.
-No puedo permitir que esto siga. –Harry se levanto bruscamente y se dirigió hacía la puerta dando grandes pasos, sentí como Niall tembló.
-Harry no. –Suplique- No servirá para nada.
-No puedo seguir viendo a Niall sufrir Sophie –Me miró suplicante- si habíamos logrado dar varios pasos, ahora retrocedimos el doble.
Acaricie el pelo de Niall mientras este se enderezaba.
-Solo déjalo Harry –Lo miré- Niall es el que nos necesita ahora.
Pasamos un buen rato con Niall viendo televisión, haciendo cosas para que se distrajera y no siguiera llorando.
Hasta que Harry se fue.
-¿Qué quieres hacer mi duende?
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«Autism» - n.h •SERIA EDICIÓN•
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