Bajo la Luna

El chico del bosque

(2013)

-Encontré el libro- dijo triunfante la chica de 18 años de edad, mostrando el tesoro a su compañero.

El chico corrió hasta encontrarse con su amiga.

-Llevamos días buscando, que esperas para comenzar a leerlo.

-Bueno, creo que es un diario, no creo que este bien que lo lea.

-Vamos, acaso ya viste la fecha.

La chica bajo la mirada y pudo leer al principio de la pagina.

"Paris, 1810"

-No creo que el fantasma de esa mujer venga por ti.

Dándole razón a su amigo comenzó la lectura.

"Estoy a pocas semanas de que mi matrimonio con el Conde Willas se consagre.

Desde los 14 años, la edad en la que lo conocí, deseaba poder acercarme a él. Y ahora, años después, estoy a punto de realizar mi sueño.

Este fin de semana mi mejor amiga Elizabeth nos invito a las cabañas de su familia. Dos grandes casas cercanas al bosque. Al parecer espera que despejemos nuestras mentes antes de la boda. Ella se hospeda con su esposo en una de estas, mientras que yo en la otra con mí prometido.

Pasare dos semanas enteras compartiendo habitación y casa con mi futuro esposo...

-Dany ¿Ya estas lista?- la voz de mi prometido se escucho por toda la casa.

-Enseguida bajo.

Beth y Jeremy aguardaban por nosotros. Y como de costumbre yo iba tarde.

-Estoy lista.

Baje alegre, pues finalmente llevaba el chal que había pertenecido a mi madre, esperaba con ansias que Willas lo viera, pues el sabia el significado que tenia para mi. Lo vi esperándome al pie de las escaleras. Me observo, examinando mi ropa y asintió.

-Perfecto, marchémonos.

Como era de costumbre en él, no hacia algún cumplido sobre mi aspecto, ya no me importaba demasiado o mejor dicho, intentaba ya no prestar demasiada atención a su actitud. La verdad no sabia por que esperaba algo que sabia que el nunca solía hacer.

Llegamos a la casa vecina, donde mi mejor amiga se hospedaba con su esposo.

La reunión no era nada muy formal, solo el momento para tomar té entre amigos. Era nuestro tercer día ahí, y solo nos teníamos entre nosotros. Jeremy y Willas, al igual que sus familias, eran viejos amigos. Los dos provenían de una larga generación de riqueza. Mientras que Beth y yo nos conocíamos desde los 13 años, habíamos asistido a la misma academia de modales y desde entonces éramos inseparables.

-¿Willas como va todo con los ferrocarriles?

-El negocio al igual que el país esta en "marcha".

El nuevo proyecto de Willas consistía en la construcción, de eso a lo que llamaban "ferrocarril", por todo el país. De esa forma aseguraba que nos moveríamos de una forma más sencilla a otros lugares del mundo.

Todos los días hablaban de algo distinto o eso decían, pero para mi era todo lo mismo. Repetían una y otra vez las mismas preguntas, hacían los mismos chistes y se secreteaban.

Beth y yo escuchamos sus risas antes de acallar todo sonido entrando a la cocina.

-Detesto que siempre hablen de lo mismo.