¡Hola nuevamente!
A pesar de algunos pendientes de la vida, me he dado mi tiempo para escribir este corto capitulo. Les comparto que estoy a pocos días de presentar la segunda parte de mi examen de admisión, así que estaré algo ocupada hasta entonces.Por ello, he decidido no retrasar más este capítulo, que si bien es distinto a los demás, en mi opinión necesario e importante para la historia.
Espero sea de su agrado, besos.
-Creo que será todo por hoy -El chico tomo de las manos de Sophie, el viejo diario. Llevaba horas leyendo.
-¡Hey! Comenzaba a ponerse emocionante la historia -Comenzó a quejarse, intentando recuperar el diario- ¡Aidan, regrésamelo!
-He dicho que no -Puso la palma de su mano sobre la frente de su amiga, apartándola con fuerza moderada, antes de levantarse y caminar hasta su armario para guardar el antiguo libro- Tus padres estarán preocupados por ti ¿Has visto ya la hora que es?
Sophie miro su celular, descubriendo tres llamadas perdidas por parte de su madre y que estaba a punto de cumplirse las 00:00 de la noche.
-Por este día te daré la razón -Bufo sin ánimo, estirándose sobre el sofá antes de ponerse de pie y comenzar a recoger la basura que habían acumulado durante esa tarde que, rápidamente para Sophie, se transformó en noche.
-Deja ahí, yo limpiare cuando regrese, ahora debo llevarte a casa -Se acercó para poner la mano sobre el hombro de su amiga- Y deberías avisarle a tu madre que vamos para allá, sino podría preocuparse.
-Ya lo sé -Se volvió a quejar y sonrió- Actúas como si fueras mi padre y solo eres cuatro años mayor que yo.
-Bueno, al menos uno de nosotros debe ser maduro -Su burlo, mirando como Sophie lo retaba con una mirada que termino en risa y se marchó para hablarle a su madre.
De camino a casa, Sophie se acomodó en el asiento de copiloto, mirando como Aidan conducía, era bastante atractivo y elegante, algo que ella siempre había sabido, pero que aquella noche en especial, le atraía más y le hacía preguntarse si él pensaría de la misma forma sobre ella, o en la posibilidad de recibir un beso de despedida; desde el incidente de hace unos dias, soñaba con probar sus labios. Sorprendida por sus pensamientos aparto la mirada, intentando buscar una excusa, pero solo llego a la conclusión de que esas últimas semanas, juntos, habían fortalecido un sentimiento que posiblemente ella desde el inicio tuvo por su amigo.
-Jamás te había visto tan pensativa -Dijo alegre Aidan, curioso por saber lo que rondaba la mente de su amiga.
-Es verdad, será que ya me ha entrado un poco de sueño -Estiro sus brazos y reclino el asiento del oscuro auto de su compañero- Dime ¿Cómo fue que conseguiste los diarios?
-Pensé que te lo había dicho -Hizo una pausa mientras arrevesada a un auto- Fue en mi cumpleaños 21, hace un año -Volvió a callarse, pensativo- Una mujer los olvido en la cafetería, justo en el sofá que me gusta llamar mío, ya sabes cómo me gusta sentarme ahí cuando voy por un café, ella se marchó y cuando me acerque para sentarme estaban ahí -Soltó una suave risa- No sé, jamás la volví a ver y un día, tuve curiosidad -Encogió de hombros, como un pequeño que busca no ser culpado- Leí ambos diarios y cuando me mude de apartamento perdí la primer parte.
-¿Le habías hablado a alguien sobre esto antes? -Arqueo una ceja con curiosidad y esperanza de formar de un círculo exclusivo.
-Lo cierto es que no -Al detenerse ante la roja luz de semáforo, miro a su amiga con una suave sonrisa- Eres la primera.
-Me alegro... -Sonrojo y aparto la mirada, para avisar a su amigo que la luz se había tornado verde.
Al medio día, Sophie regreso a casa de su mejor amigo, llevando un par de cafés y aquellas galletas que tanto le gustaban a Aidan.
Aquel día, había hecho caso a los consejos de su madre, sobre estar siempre bien arreglada y presentable cuando tuviera que salir con algún chico, en especial con uno que solía vestir tan bien todos los días; solo esperaba lucir bonita para su él. Para lograr su cometido, se puso un vestido de flores que guardaba para desayunos especiales, una chaqueta de mezclilla claro, para no perder su etilo relajado, unas sandalias y una coleta alta, se había atrevido a maquillarse más de lo que normalmente hacia y a usar un color rosa oscuro en los labios.-Sophie -La nombro Aidan con sorpresa al abrir su puerta - ¿Vamos algún lado? -Aidan por su parte, aquel día había roto con su usual elegancia, esa tarde simplemente llevaba una sudadera gris y unos pantalones de mezclilla. En lugar de sentirse incomoda, Sophie sonrió, pensando en que aquello hacia más notable su esfuerzo por verse bien.
-No, es simplemente que esta tarde me he sentido con ánimos de usar vestido -Había pensado en esa excusa durante todo su trayecto a casa de Aidan.
-Pues deberías usarlos más, te quedan muy bien -Con una sonrisa la hizo pasar, tomando de sus manos las bebidas y galletas, guiándola hasta la sala, el lugar que por días los había refugiado.
Aidan dejo todo en la mesa y entro a su habitación por unos momentos, antes de salir con los dos viejos diarios en mano.
-¿Estas lista? -La miro con una sonrisa- Solo traeré un poco de agua, no queremos se seque tu garganta -Sonrió dejando los diarios en manos de Sophie para entrar a la cocina por un vaso de agua grande para ella.
Desde un inicio, Sophie había tomado el puesto de narradora; leía en voz alta para Aidan, incluso actuaba algunos de los momentos más intensos o gritaba de emoción o enojo cuando se requería, en palabras de su amigo, le daba vida a la historia.-Estoy lista, y bastante ansiosa de saber cómo continua la historia... -Dejo su chaqueta sobre el sofá donde tomo asiento y aguardo paciente, hojeando el diario, mientras recordaba lo sucedido tres días antes, cuando sus labios estuvieron tan cercanos a conocerse. Recordaba todo con frecuencia; Era noche y no dejaba de leer, no cuando Dany describía con tanto detalle los besos de Joseph, la emoción del momento los contagio de aquel amor y por unos segundos dejaron de ser ellos mismos, fueron los protagonistas con el deseo de probar lo dulce de la pasión, hasta que una llamada de su madre los interrumpió, y desde ese momento no se habló sobre lo sucedido.
-Mealegro, seguro te gustara... es una historia muy linda -Apenas noto su sonrisa,pues fue interrumpida mientras fantaseaba con el beso que no pudo ser y susmejillas se tornaron rojas.
ESTÁS LEYENDO
Bajo la Luna
Lobisomem"Viste mi dolor irse en la lluvia, viste la sangre correr de mis venas y aun así no viste ningún fallo, ningún problema en mi corazón" -J. Dany Westerton espera pasar una semana tranquila en compañía de sus amigos y prometido, en las mansiones de c...