Nada de que preocuparse

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Viernes por la noche. Magnus y Alec caminaban por las calles de Manhattan, buscaban un nuevo bar que hacía dos semanas que estaba inaugurado. Mientras caminaban, Magnus le contaba a Alec que tiempo atrás él tenía un bar clandestino en la época de la ley seca.

-¿En serio, Magnus?-decia con una sonrisa el nefilim-¿Como puede ser posible que te aburrieras de limpiar y después limpiaras todo con magia?

-Pues verás, mi querido Alexander. Resulta que hay pocas actividades físicas que en realidad me gustan. Limpiar no es una de ellas.

Alec se ruborizó, sabía de que actividades físicas se refería pero no lo mencionó. El Brujo se percató y le dio un apretón al trasero de Alec lo que hizo que su rubor aumentará.

-Claro que-se inclinó en el oído del ojiazul- , te lo mostraré con lujo de detalle. Oh mira, ya llegamos.

Alec no tuvo tiempo de replicar ya que se pararon frente al establecimiento. Para sorpresa de Alec, el lugar parecía sobrio, como si en lugar de bar fuese un restaurante de lujo. Dio gracias mentalmente a Magnus por comprarle el atuendo de saco negro y pantalón estrecho a juego que, según Magnus, hacia contrastar los ojos y su cuerpo se mostraba atlético. Claro eraque su acompañante lucía despampanante con sus pantalones apretados, un chaleco que había utilizado en su primera cita y lo completaba con un saco de terciopelo rojo. La atractiva pareja masculina entró al bar y Magnus susurro una frase que Alec escucho como "zorro galán y conejito azul". El tipo de seguridad les dio acceso y les indicó una mesa bastante apartada de miradas curiosas.

-Así que...-comenzó Alec-¿Zorro galán y Conejito Azul?

-Alexander, aquí se maneja de esa forma-lo miro divertido-. Veelo de la forma que es más divertido y prometedor... también algo, excitante.

El eterno color rojo se coló en las mejillas de Alec. Llevaban varias semanas planeando esta cita, ya que era difícil con todo el alboroto de la Clave y los cazadores de sombras, además de Valentine y el dramático de Jace. Alexander y Magnus tenían casi un mes sin verse, claro, se mensajeaban y llamaban pero no era lo mismo que estar frente a frente y ambos dejarse llevar por el contacto mutuo. Al llegar a su mesa, Alec sorprendió a Magnus tomándolo de la solapas de su saco y lo besó. Magnus rodeo la cintura del nefilim y este paso sus manos por la nuca del Brujo. Cuando se separaron, Alec parpadeo para recobrar la compostura.

-Vaya, si que me extrañabas-sonrio Magnus y le jalo la silla a Alec para que tomará asiento, después lo acercó a la mesa, un gesto de caballerosidad-, deberías besarme así más a menudo.

-Hace mucho no nos veíamos-le respondió Alec- y si todo sale bien, habrá mas que eso hoy.

-Trato hecho-le sonrió a su cita.

Ambos se dieron la vuelta al ver que una presencia los interrumpía. Un chico alto, de caderas estrechas y espalda ancha; cara afilada y pómulos altos. Sus ojos negros al igual que su cabello que era un corte de moda, en su oreja derecha colgaba una pequeña arracada. Llevaba el atuendo de mesero y dos cartas. El chico les sonrió con educación.

Magnus miro fijamente al mesero, tan atractivo e imponente y el mesero lo noto. "Aquí va como siempre", pensó Alec. Las miradas siempre eran para Magnus aunque en esa ocasión especial, el mesero lo vio como si fuera algo aberrante y fijo su vista en Alec, quien se removió incómodo. El chico sonrió de nuevo sin apartar la vista del nefilim.

-Buenas noches caballeros-les tendió las cartas-, soy Maya Masamune y estaré a cargo de todo lo que deseen.

Dijo esto último y le dedico un guiño a Alec que prefirió apartar la vista. Magnus trato de no darle importancia, aunque en el fondo, no le gusto. Sus ojos gatunos rompieron el glamour que los cubría, Alec lo noto y puso una mano sobre la de Magnus para tranquilizarlo.

Malec (One Shots) #MalecAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora