IX

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Estábamos de pie frente al otro, hablabas sobre lo que teníamos ahora, no te escuchaba en lo absoluto.


Me limité a asentir.

De tus labios salió un surco melancólico, bajaste la mirada.

Me hubiese gustado complacerte. Sin embargo, me resulta natural tratar de escapar y esconderse. Ese día pensabas en promesas que ya no eran importantes, deberías de saberlo, un día prometo el mundo entero, otro ni siquiera se si puedo tenerlo para mí.

Aunque la tristeza nos separó ese dia... ¿Por qué tomamos la mano del otro? Creo que tenía mucho que ver aquel vació imborrable.





Drayos y Centenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora