VII

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— ...Porque... ¿Sigo siendo tu número uno? ¿no?

— Obvio.

Nunca parece ser propicia la verdad.

— Siempre nos decimos la verdad.

Pero quise preguntar, como es posible hablar de algo doloroso, aunque, terminé mintiendo.

— Eso es lo que nos hace especiales.

Los enlaces que alguna vez vi, la fluidez de las palabras, todo se  ofuscó con las frases presenciandose a través de sus labios.

— Pero me hiciste cosas horribles.

— Y tu... ¿Por qué me dejaste atrás?

Me sentí triste, cuando nos miramos, sus ojos parecían aborrecerme, los míos en el reflejo, aborrecían la verdad, ¿Qué decir?

El nudo se alojó en mi garganta, al final las palabras fallecieron antes de nacer, y sólo me quedó una pasiva despedida, y su espalda perdiéndose en el horizonte.

¿No dije que me faltaba valentía?

Drayos y Centenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora