XLVII

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Protegiéndose de las balas, con un ego indomable, así son dos almas que no has sabido amarse.

Gritos ahogados, hemorragias internas.

Pero han decidido ponerse caretas, han rabiado y huido, con un inmenso dolor.

No van a decir lo que han deseado desde el inicio, las palabras sólo han sido para herirse.

No podrán ver si no se alejan de las culpas, no sabrán jamás que un alma sufre por la otra.

¿Por qué no surge la luz?

Y las máscaras, ocultan la verdad, una amorfa seguridad que yace en las heridas.

Y seguirán erguidas, como dos gargolas a la luz, prometiendo no perdonarse.

Si dijeran... que sólo no han sabido amarse.

Drayos y Centenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora