Día dos.

5.2K 240 1
                                    

Día dos.

No me pregunten como soporté todo un día con George, pero salimos vivos, ambos.

No compartíamos momentos, él hacia sus cosas por su lado y yo por el mío, este era mi último año antes de ir a la universidad, por lo que tenía que ir a estudiar, por suerte solo me quedaba un mes. Desperté temprano me bañé y me puse unos jeans con una polera negra que decía “Boy” en el centro, me peiné y tome mis cosas decidida a irme caminando.

-¿Ya estás lista? –lo miré.

-Mh, eso creo –miré a mí alrededor- ¿Por qué lo preguntas?

-Tengo que llevarte.

-No gracias, tengo ganas de caminar. –noté como se tensó y respiró hondo.

-Dije tengo que llevarte, no que quiero llevarte –suspiró- solo… apúrate, ¿si? –asentí lentamente.

Dicho esto se fue susurrando cosas, tomé un libro para leer en los recreos por si me quedaba sola en algún momento, en una mano llevaba mi entretención y en la otra mi celular con mis audífonos, fui hacia la cocina y me guardé una botella de agua junto con una manzana, fui hacia el estacionamiento y ahí estaba George, abrí la puerta para los asientos traseros pero me detuvo.

-No, siéntate aquí.

-Pero aquí estoy bien…

-Ya dije que no, mierda ____ no quiero pelear tan temprano.

Me subí en el de co-piloto y cerré de un portazo, decidió ignorar el hecho y empezó a manejar. Todo el camino fue tan silencioso que pensé en bajarme corriendo e irme caminando, ¿Es que no podía estar sin el solo un minuto? Me puse los audífonos y la música enseguida atravesó mis oídos.

Al llegar vi a mis únicos amigos, Ryan y Lindsey, quizás no tengo muchos amigos, pero con ellos me basta, a veces pensaba que no me los merecía. Guardé mis cosas y abrí la puerta.

-¿Adiós? –Ah, claro, ahora la educación.

-Adiós.

-Vengo por ti a la salida.

-Creo que me iré con Ryan, de todos modos gracias.

-Tengo qué hacer esto.

-Mira, sé que quieres tú auto, como yo quiero vivir sola pero no soporto estar contigo todo el tiempo, déjame ir acostumbrándome de a poco George. –el asintió con la cabeza un poco harto- Gracias. –lo miré y cerré más suave la puerta, Ryan llegó corriendo a abrazarme.

El día se pasó muy lento, en una clase me dormí por lo que tuve un castigo, a la hora de irnos Ryan me llevó hacia el hotel, le conté la historia de porqué ahora vivía con Shelley, estoy segura que me molestará hasta que se aburra.

Entré al hotel y estaba en absoluto silencio, creo que estaré sola por unas horas. Preparé la comida para mí y para él, yo me serví de inmediato mientras lo de él se lo guardé.

Efectivamente en unas horas llegó él… pero no solo.

-Oh, hola, soy Megan. –me sonrió, parecía amable, solo le di la mano desconfiada.

-Hola, _____.

-Hola Megan, hola. –Dí una sonrisa ladeada- Ya es tarde, así que…ehm, iré a mi habitación, permiso. –me fui prácticamente corriendo de ahí.

No soy antisocial, solo que… luego de muchos comentarios que sí me hirieron preferí mantenerme en mi entorno donde sabía que no iba a salir lastimada y donde me protegerían, me hice una trenza y me lavé los dientes dispuesta a leer por unos momentos para luego dormirme y tener otro día, el día tres, ¿Por qué los días pasaban tan lentos?

George.

En la universidad el día se me pasó muy aburrido, solo que Megan me divertía con sus chistes estúpidos y con las conversaciones sin sentido que siempre me da.

Ella es mi mejor amiga en todo el mundo desde prácticamente que nacimos; todos dicen que nos ven como “la pareja perfecta”, si tan solo supieran que nos reímos de ellos.

Me pidió quedarse a dormir conmigo ya que sus padres estaban de viaje y no quería estar sola por esa noche, obviamente le dije que si. Cuando entramos al hotel noté como _____ salía a recibirme, pareciera que estaba muy bien, hasta que vio a Megan, ella no perdió momento para saludarla pero ____ no parecía muy cómoda con ella; no la culpo ¿Quién estaría cómodo con una persona tan alegre como ella? ¡Nadie, quizás solamente yo! Se saludaron pero enseguida se fue a encerrar, ¿Cómo podía ser tan… nerd? Porque eso era, era una nerd.

Noventa días, el segundo de noventa. 

90 Días. -George Shelley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora