Día ocho.

4.1K 202 3
                                    

Día ocho.

Desperté y lo primero que hice fue ver la hora, faltaban una hora y media para entrar; luego de bañarme y listarme ya estaba lista.

Ahora tenía que desayunar, pero no quería estar en el hotel por lo que tomé algo rápido para ir comiendo camino al colegio. Necesitaba hablar con alguien sobre esto, inmediatamente la imagen de Ryan volvió a mi mente, ¡Pero yo no iba a hablar con él! Así que decidí llamar a JJ.

-¿Hola?

-Hola –sonreí.

-¡____! ¡Que gusto escuchar tu voz!

-Igualmente JJ –reí.

-¿Y como estás?

-Mh, no he estado muy bien pero ya se me pasará, ¿Y que tal tú?

-Estoy bien, ¿Qué pasó?

-¿Podríamos juntarnos luego de clases?

-Claro, paso por ti.

-Gracias JJ, necesitaba hablar con alguien.

-¿Pasó algo con George? –yo suspiré.

-Por eso quería hablar contigo, siento que puedo contarte todo… Con George tuvimos una pelea y ehm –un nudo se formó en mi garganta- me trató horrible JJ, por mí me iría lejos de él te lo prometo, pero no puedo.

-Tranquila, no tienes de que preocuparte, todo pasará, ¿Si? Hablaremos luego y te haré sentir bien –su voz me relajó mucho.

-Gracias, en serio.

-No hay de qué, adiós bonita.

-Adiós.

Guardé mi celular en el bolsillo y fui por un abrigo a mi habitación, pero al entrar al pasillo que iba hacia la habitación choque con la persona que menos quería ver en todo el mundo.

-P-perdón.

-Ten más cuidado. –solo asentí con la cabeza y rápidamente fui a mi habitación.

Apenas entré cerré la puerta y apoyándome me deslicé hasta el suelo, necesitaba salir de acá, necesitaba que estos 90 días terminaran rápido y poder independizarme.

Quizás, hasta sea una experiencia “buena”

No sé cuanto tiempo me quedé ahí, pero sonaron unos golpes en la puerta.

-¿Si?

-¿Estás lista?

-Puedes irte, yo llegaré.

-____...

-¿Para qué quieres llevar a la… nerd? –genial, mi voz se quebró y empecé a llorar.

-No empecemos con esto de nuevo, mierda. –abrí la puerta y me paré en frente de él.

-Mira, no quiero tener ningún contacto contigo, apenas puedo compartir el mismo aire. Te pido amablemente que te vayas y me dejes tranquila, porque tienes razón, no puedes estar conmigo.

-¿Acaso todos estos días para ti no fueron nada?

-¿Y para ti si? Dime, ¿Qué querías lograr?

-¿Qué?

-¿Por qué te acercaste a mi? ¿Por qué tratabas de ser bueno?

-Porque…

-¡Dilo! –le grité.

-¡Fue una apuesta! ¿Si? ¡Todo fue una apuesta! Aposté con Josh. El logro iba a ser enamorarte. –me gritó de vuelta.

Una apuesta, todo fue una apuesta.

Una puta apuesta.

¿Cómo no lo había pensado antes?

-¿Cómo puedes ser tan mala persona? –Seguía llorando- te creí, pensé que estábamos haciendo una linda amistad –lo miré con odio- ¿Te digo algo? Casi lo logras, casi me enamoraste.

Lo miré por última vez y pasé empujándolo en el hombro con el mío, estaba harta de todo y ya no me iba a mostrar tan débil, me hubiese quedado en mi cama llorando o tal vez durmiendo… pero no, iba a mostrar quien era ____.

El día fue normal, vi a Lindsey un par de veces pero ella se iba con Ryan, tenían que aceptar algún día que se amaban y hacer lo que corresponde, estar juntos.

Ahora estaba dirigiéndome hacia el auto de JJ para poder estar juntos por unas horas, aparte de que tengo que desahogarme ¿Y qué mejor que con el chico más dulce del mundo?

Nos dirigimos hacia una heladería, hace mucho que no hacía esto con un amigo.

-¿Y ahora me contarás que ha pasado? –estábamos sentados.

-Fui una apuesta… solo eso. El jamás me quiso, jamás deseó algo conmigo, solo me usó.

Noventa días, el octavo de noventa.

90 Días. -George Shelley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora