Día catorce.

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Día catorce.

George.

Había pasado todo el día con ____ sin ninguna interrupción, ambos habíamos dejado nuestros teléfonos en el hotel para que nadie tuviera intensión en alejarnos uno del otro.

Todo iba excelente.

Muy excelente, y eso significa que algo malo iba a pasar.

Estábamos caminando entre la multitud para llegar al parque y tener una especie de “salida romántica”.Todos iban tan apurados mientras nosotros íbamos a pasos lentos.

Sentía que la quería mucho, que sin ella algo me faltaría, sus miradas, su risa… su sonrisa, su simple “hola”, cuando me pedía que me quedara con ella al dormir.

Ella se estaba haciendo alguien indispensable en mi vida, y tenía el presentimiento que eso era malo.

Estábamos tan centrados en nosotros que más de alguna vez chocamos con alguien, riéndonos le pedíamos perdón y seguíamos nuestro camino. En ningún momento soltamos nuestras manos, cuando llegamos nos dirigimos al restaurante más cercano para pedir algo caliente.

-¿Estás bien o tienes mucho frío?

-No te preocupes, estoy bien. –me sonrió.

-¿Quieres un café?

-Por favor.

Luego de pedir dos cafés y unos mini pastelitos ella me quedó mirando.

-No es que no me gusta que me mires, pero me intimidas un poco ____.

-Lo siento –se sonrojó y tomó su café.

-Te sonrojaste –reí y ella me miró.

-¿Eso querías hacer? –se tapó la cara con las manos.

-La verdad, debo admitir que me encanta verte sonrojada.

-George basta. –se tapaba más la cara.

Reí y tomé de mi café, pensé en como sería ___ como mi novia, o formando nuestras vidas juntos. Teniendo bebés, una casa… todo. Juntos.

-¿Tendrías un futuro conmigo? –ella se tensó, me arrepentí enseguida de lo que había dicho.

-Mh, no me gusta pensar en el futuro George, me gusta pasar las cosas paso a paso.

-Perdón por preguntarlo.

-No tienes de qué disculparte –tomó mi mano y la apretó sonriéndome.

Es increíble como jamás se nos puede acabar el tema de conversación, simplemente es algo tan… mágico. Me encanta estar con ella y compartir todo lo que ha pasado, todo lo que pensamos y también todo lo que sentimos.

Ya era hora de irnos, ella se puso su gorro y yo el mío, pagué todo y nos fuimos lentamente de la mano de nuevo.

A veces me pregunto si todo estará bien entre nosotros, si todo marchara tal cual.

Pasó justamente lo que yo traté de evitar.

Me estaba enamorando de ella.

¡De la pequeña ____!

De la que yo me negaba a compartir lugar.

De la que yo le decía niña.

Todo ocurrió tan rápido que no pude darme cuenta. Fue algo que escapó de mis manos.

-Un beso por tus pensamientos. –no pude evitar sonreír.

-Primero mi beso y luego te digo.

Ella me dio un beso en la mejilla por el cual fruncí el seño.

-¡No se vale!

-Nunca dije en donde iba el beso Shelley –me abrazó por un lado.

-Si no me das mi beso donde corresponde no te digo mis pensamientos. –ella rió.

 Nos besamos cortamente y yo le sonreí abrazándola fuertemente atrayéndola hacia mí.

-Pensaba en lo rápido que pasó todo.

-¿Sabes? Yo también lo pensaba.

-Mh, hasta los mismos pensamientos tenemos eh.

-Así parece –sonrió.

-¿Y tus pensamientos van hacia bien o mal?

-La verdad, es algo raro. Pensar que al principio me negaba a vivir contigo, pensé que… ya sabes, todo se iba a repetir.

-Pero ha sido mejor de lo que esperabas, ¿O me equivoco?

-No te equivocas para nada –me besó cortamente- me ha encantado vivir contigo. He mejorado un poco mi actitud con la gente. Ya no me da tanto miedo.

-Sabía que lo ibas a lograr preciosa.

-¿George?

-¿Si? –me tomó fuertemente la mano.

-Quiero que hagas una de tus fiestas con Megan en el hotel.

Mis ojos se agrandaron un poco y la miré sin poder creérmelo. Ella, la chica que se había enojado porque había echo una ahora me está pidiendo que haga otra… y que ella esté ahí.

-¿Estás segura? Puede ser que hayas mejorado, pero… ¿Para una fiesta ____?

-Estoy totalmente segura, y sé que contigo y con JJ podré hacerlo.

-Entonces lo haremos, pero puedes salirte siempre que lo desees, ¿Está bien?

-Sí, ¿Estarás conmigo?

-No lo dudes.

Mi pequeña ____ estaba creciendo.

La estaba transformando.

Noventa días, el catorceavo de noventa.

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Hola, este es el único capítulo que he pensado hacer que solamente narra George, me gustó mucho hacerlo.

En fín, gracias por las leídas, votos, comentarios, ¡Todo!

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@twrckh0ran

90 Días. -George Shelley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora