Última maratón 3/3. ((Capítulo final))
Capítulo cuarenta y cinco.
Tres años después.
-Debes hacerlo, ____.
-No puedo Lindsey, ¿Cómo va a reaccionar? –acaricié nerviosa mi anillo de compromiso.
-No espero que reaccione mal, ustedes se aman. ¡Están casados!
-¡Papá!
-Espérame un poquito, cariño. –Me dijo amablemente Lind- ¡Ryan! ¡Tu hija te necesita! –gritó.
-¡También es tu hija! –gritó de vuelta.
-Ay Ryan, ¡Te llama a ti! –gritó- estoy ocupada.
De pronto sale Ryan en solamente pantalón de buzo, tomó a la niña y caminó hacia nosotras.
-Hola ___ -besó mi mejilla.
-Hola Ryan –le sonreí- ¿Qué tal la vida como padre?
-No me quejo, solo que Lind hace pocas cosas.
-Eres un hablador, la tuve dentro de mí nueve meses.
-¿Ves como me habla mami? Es una mala mujer. –le dijo a su hija.
-Ryan…
-¿Si, amor?
-No le digas eso a nuestra hija.
-Es con amor –la besó cortamente y se fue dentro de su casa con ella.
-Veo que tú con Ryan están bien –sonreí.
-Seguimos siendo los mejores amigos, a pesar de todo.
-¿Y que tal Marie?
-Últimamente está durmiendo en su pieza, ¡Por fin! –reímos.
-Me alegro que estén bien.
-Aún recuerdo la cara de Ryan cuando le dije que estaba embarazada… Le pude haber sacado una foto.
Estuve hablando un buen tiempo con Lindsey, pero debía ir a casa. Me subí a mi auto orgullosa de poder manejar y me fui. Entré a mi hogar y ahí estaba George.
-Hola –cerré la puerta.
-Hola cariño. –me acerqué y lo besé cortamente, el me miró fijo- ¿Pasa algo?
-No, ¿Tendría que pasarme algo? –sonreí nerviosa.
Me senté frente de él y el me miraba fijo, es increíble que con una mirada supiera que algo me pasaba, decidí contarle rápidamente… luego de esto podríamos hablarlo y esperaba que no le diera un ataque o algo así.
-Bueno, si me pasa algo la verdad….
-¿Algo malo? –se preocupó.
-No… no, es algo bueno. Al menos para mí lo es.
George me miró extrañado, no encontraba las palabras perfectas para poder decirle la noticia, no sabía tampoco como se lo tomaría.
-Uhm, yo… tuve un retraso George. Fui por un test.
-¿Y…?
-Estoy embarazada.
Sentí como dejó de respirar por un momento, sus ojos se agrandaron notablemente y tragó costosamente. Empecé a jugar con mis manos por los nervios.
-¿George? –se levantó y me abrazó fuertemente.
-No lo puedo creer, ¡Seré papá! –me dio vueltas.
-¿No te pone mal?
-¿Estás loca? ¡Tendremos un bebé!
-No sabes el peso que me quitaste de encima –lo abracé por el cuello- pensé que te ibas a molestar.
-Claro que no mi amor –me besó largamente.
-Te amo mucho.
-Y yo a ti, y a ti también –acarició mi estómago, me reí.
Tuvimos que comunicarle la noticia a mis padres y a los de él, por ambos lados se emocionaron mucho, tuvimos que calmarlos y decirles que pronto nos veríamos. George enseguida empezó a hacer planes de cómo pintar la habitación y que comprar.
-¡George!
-¿Qué?
-Cálmate, aún no sabemos que sexo es el bebé y no podemos organizar tanto, ¿Puedes tranquilizarte?
-Está bien –respiró hondo.
-Gracias –le sonreí.
-Vamos a la cama –me tomó y nos acostamos.
Me abrazó por la espalda haciendo pequeños círculos en mi estómago.
Mi futuro estaba siendo el presente.
Con George íbamos a tener una hermosa familia al fin, ya nos habíamos casado y ahora formaremos lo que será el resto de nuestras vidas, juntos.
Fin.
|| Aún falta el epílogo, las amo.