Día cinco.

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Día cinco.

Al momento de despertarme noté que Lindsey ya no estaba ahí, ella me había acompañado hasta el momento en que me dormí.

Recordé todo lo que había pasado, sobretodo la pelea con George; ¿Debería hablar con el? Fui demasiado dura con él y lo admito… ¡Pero todo fue su culpa! Sabe que la gente me intimida, apenas puedo hablar con Megan y yo ya encuentro que eso es mucho.

Respiré repetidas veces y me levanté, sentí un ligero mareo pero al cerrar los ojos fuertemente se pasó. Fui a prepararme desayuno preparándome mentalmente por si estaba George… no estaba él, si no que estaba JJ.

-Buenos días. –me sonrió.

-Hola –le sonreí de vuelta- ¿Qué haces aquí?

-Bueno, vine a visitar a George pero el tuvo que salir, y me dejó a cargo de ti.

-¿De mi? Me puedo cuidar sola, pero de todos modos gracias, ¿Desayunaste?

-La verdad es que no.

-¿Cereales? –tomé la caja.

-No podría rechazar la oferta. –reímos y saqué dos potes para servir el cereal y luego la leche.

Pasó la hora rápidamente y con JJ no podíamos dejar de hablar; es un chico adorable.

Me contó que estaba estudiando para ser abogado y así trabajar en la empresa de su padre para luego él tener su parte y poder ser grande en el mundo.

Nos conocimos mucho más, ¿Cómo jamás le pude hablar? ¡Es un chico increíble! Lave todo para luego ir a bañarme y vestirme mientras el veía un partido en la televisión; no quería que Shelley llegara estaba todo tan bien así que pensaba que si llegaba el íbamos a pelear y arruinar todo el grato ambiente que había.

Al terminar de bañarme y vestirme fui hacia JJ y me senté a su lado, el tema de conversación jamás acababa entre nosotros teníamos muchas cosas en común y me alegraba contar con un hombre luego de la pelea con Ryan.

Pasaron dos horas cuando sentí la puerta abrirse y ver como él entraba.

George.

Cuando iba a entrar a la habitación escuchaba una dulce risa, la reconocería donde fuera, era _____ pero, ¿Por qué reía?

No quise preguntarme nada más y entré.

Ahí estaba ella sentada junto JJ, ella me miró y cuando nuestras miradas se cruzaron apartó rápidamente la mirada ¡Genial! Seguía enojada.

-Hola –los saludé a ambos pero solo él pareció escucharme.

-Hola –me sonrió- ¿Conseguiste lo que querías?

-No, tendré que ir mañana a otro lugar. –sonreí ladeadamente.

 -Mh, chicos ya tengo que irme… otro día vuelvo a visitarte ____ y terminamos esta conversación, ¿Si? –Ella le sonrió y lo abrazó, luego le besó la mejilla- Adiós George, cuando quieras llámame. –salió.

 _____ antes de que yo pudiera hablar se levantó y fue rápidamente hacia su pieza.

Suspiré y fui en busca de ella, toqué la puerta una vez… nada

Toqué de nuevo, otra vez nada…

-____, ábreme.

-Déjame sola.

-No, ábreme.

Pasó un minuto de absoluto silencio hasta que sentí como caminaba para abrirme, me miró duramente, como nunca antes lo había echo.

-¿Qué quieres?

-Hay que hablar, lamento mucho lo de ayer… yo no pensaba que iba a pasar eso en tu pieza ni mucho menos en tu cama. Sé que te cuesta sociabilizar y todo eso por eso te llevé donde tus padres.

-¿Te avergüenzas de mi? –bien, no me esperaba esto.

-No.

-No lo demuestras.

-No me has dado la oportunidad.

-¿No te la he dado? –Bufo hacia un lado.

-No quiero seguir hablando, tengo que estudiar.

-____...

-No, ___ nada, adiós. –cerró fuertemente la puerta y sentí como sollozaba.

Pasé las manos por mi pelo frustrado… iba a renunciar al reto, no quería que ella saliera herida… más de lo que ya le he hecho.

Mientras preparaba el almuerzo sentí como salió de su habitación para ingresar luego a la cocina y sacar un vaso sin siquiera darme una pequeña mirada.

-¿Me escucharás? –ella asintió-¿Ahora? –Ella negó- Mierda, ¿Puedes hablar?

-Te escucharé, pero no ahora porque saldré luego de almorzar.

-¿Saldrás? ¿Con quién?

-JJ.

Calmé mis celos, ¿qué? Oh no, no pueden ser celos, lo estaría si ella me gustara cosas que no es así… asentí con la cabeza mientras ella se sentaba en la mesa esperando la comida.

-¿Tienes mucha hambre?

-La verdad es que sí… -sonreí y la serví la comida. –Gracias George.

-No hay de qué.

Todo fue en absoluto silencio, como la primera vez que nos habíamos conocido.

Noventa días, el quinto de noventa.

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hola hola hola, ¿Cómo están? ¡Espero que muy bien! Aquí está el capítulo, como estoy inspirada escribiré enseguida el cap, no prometo subirlo enseguida pero traataré, ¿Si? gracias por leer:)

90 Días. -George Shelley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora