Día nueve.

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Día nueve.

Mh, otro día más.

Quería que llegara el fin de semana para poder dormir hasta muy tarde, apagué el despertador y me senté pasando las manos por mis ojos, bostecé.

Me fui a bañar mientras ponía algo de música y me relajaba, no tenía interés en llegar temprano.

Luego de echarme crema en el cuerpo y vestirme empecé recién a preparar todo, no quería hacer nada, simplemente echarme a ver una película hasta llorar y dormirme. Tocaron la puerta.

-Si eres George ni te molestes en hablar y ándate.

Escuché un suspiro y unos pasos, claramente había acertado.

Camino a mi colegio me puse mis audífonos y la música enseguida me calmó.

“¿Alguna vez sientes que te derrumbas? ¿Alguna vez te sientes fuera de lugar? ¿Como si simplemente no pertenecieras y nadie te comprende?”

“Estar dolido, sentirse perdido ser abandonado en la oscuridad,  ser pateado, cuando estás deprimido sentir como que te han amenazado”

Esta canción siempre me ha dolido mucho, simplemente es algo que me ha reflejado.

Apenas llegué alguien me estaba esperando, y tenía muy claro quien era.

-H-Hola ____.

-Hola Ryan.

-Mh, ¿Crees que ya es momento de hablar? –asentí.

-Está bien, ¿ahora?

-Sí.

-Bien.

Nos sentamos y el empezó a jugar con sus manos, jamás había estado así y me sentía un poco culpable.

-Te extraño, ¿Sabes? Nuestra pelea fue una estupidez y no debimos habernos dicho… cosas. Eres una de las mejores cosas en mi vida con Lindsey, y no quiero que desaparezcas así por así. Pusiste palabras en mi boca que no dije, no soy amigo tuyo por… lástima. Lo soy porque fuimos prácticamente criados juntos, conozco cada faceta tuya, tus caras, cuando estás triste pero no lo quieres decir, o cuando algo te molesta arrugas un poquito tu nariz –reí un poco- te conozco muchísimo, y sé que no quieres perder esta amistad…

-Sólo… cállate y abrázame estúpido. –reímos y nos abrazamos muy fuerte.

Extrañaba a Ryan, mi orgullo no dejaba que lo aceptara pero era así; cosas que no puedo cambiar.

Extrañaba a Ryan como extraño  a George, pero… ¿Cómo perdonar por lo que me hizo? Quizás deba partir de a poco, como irme con el por las mañanas, dejarle la cena echa… no sé.

George.

 

Soy un pedazo de imbécil. Ella ahora ni siquiera me quiere ver. Cuando escuché su conversación con JJ por el teléfono me sentí peor que nunca, ¡Ella quería alejarse de mí! Sé que lo que hice estuvo mal, lo admito.

En todo el día estuve insoportable, no quería ni hablar con alguien. Tuve un dolor de cabeza tremendo por lo que decidí faltar a la última clase para ir a casa, en la puerta me encontré con ____ peleando con ella misma.

-¿Estás bien?

-Sí.

-¿Y que haces afuera?

-¿Acaso no se nota que no me lleve las estúpidas llaves?

-Tranquila. –quise poner mi mano en su hombro pero ella se corrió rápidamente.

-No me toques, solo abre.

-____.

-Abre. –suspiré y abrí la puerta.

No podía estar más así con ella, no podía esconder más lo que sentía. Ella me hizo cambiar, ya no soy el mismo desde que estoy viviendo con ella, hace exactamente ocho días. Una semana con un día.

-_____.

-Estoy siendo demasiado dura, lo sé… pero, ¿Te mereces algo más Shelley?

Shelley, me está llamando por mi apellido, de verdad está enojada.

-No, pero quisiera arreglar esto.

-¿Y como sería eso, eh? ¿Cómo? ¿Cambiarás el pasado? Es algo imposible.

-No puedo cambiar el pasado, pero puedo ser mejor en el futuro. ¿Me podrás dar otra oportunidad?

____ simplemente no contestó, vi que se afirmó de un mueble y estaba un poco pálida.

-¿Estás bien?

-No, no lo estoy.

-¿____? –la afirmé justo, se había desmayado.

La subí al auto rápidamente y empecé a manejar hacia una clínica, necesitaba saber que estaba bien. Al llegar pedí ayuda la que recibí inmediatamente, la pusieron en una camilla y la ingresaron, ¡No podía entrar! ¿¡Cómo?!

Luego de un tiempo el doctor salió.

-¿Familiares de la paciente ____?

-Yo. –Me levanté rápidamente- ¿Cómo está?

-Está fuera de riesgo vital, ella no comió en todo el día, fue algo obvio que se desmayara, se ve que está un poco estresada, le recomiendo tres días de reposo total, nada de salir de casa, ¿Alguna duda?

-¿Puedo pasar a verla?

-Claro, habitación 40, caminando hacia la derecha.

-Muchas gracias.

Prácticamente corrí hacia la habitación y entré, estaba durmiendo… ____, ¿Qué mierda hiciste conmigo?

Me subí a la camilla y me senté a su lado, sé que no debería pero la necesitaba.

La abracé y ella se acomodó poniendo su cabeza en mi pecho.

Mierda, la quería mucho.

Noventa días, el noveno de noventa.

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les dejo aquí otro de regalito, las amo mucho.

Eso sí, la seguiré cuando tenga 30 leídas.

xoxo.

90 Días. -George Shelley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora