Día tres.
George.
Jueves, al fin era jueves, hace tres días que ya estoy viviendo con ____ y mi humor ya se está acostumbrando de a poco. Teníamos ya una rutina, en la mañana la iba a dejar, ella en la tarde se venía con su amigo ese mientras yo estaba en clases, luego a las horas llegaba yo me servía la comida que ella me dejaba y al momento de ir a saludarla ya estaba durmiendo, varias veces se ha quedado dormida destapada y tenía que taparla, he notado que la trato muy mal a veces, pero no es totalmente mi culpa, jamás nos hemos llevado y no lo haremos.
Con Megan decidimos hacer una fiesta en el hotel el viernes, invitamos a casi todos mis amigos más los de ella espero que ____ no se comporte como… ella, si no que se incluya.
De repente alguien me sacó de mis pensamientos sacudiéndome un poco.
-George casi chocas, ¿Quieres concentrarte? –Parecía preocupada- ¿Estás bien?
-Si, estoy bien –me arreglé el gorro.
-¿Seguro?
-¿Te importa? –negó con la cabeza mirándome para luego volver a su estúpido libro.
Estúpida ____, estúpida estúpida.
Tú.
Recuerdo el día en que George al fin había salido del colegio, iba a dejarme tranquila junto con sus amigos, solo uno me respetaba, aunque no fuéramos amigos, JJ.
Estaba tan feliz, podía ser más libre.
¿Por qué mis padres me habían juntado con el? Claro, jamás supieron nada, jamás me escucharon llorar, jamás me expresé.
¿Para qué expresarse? Podía aguantar con todo dentro de mí, la gente tiene problemas propios para escuchar más encima los de los demás.
Podía yo sola.
Luego de casi haber chocado y haberle preguntado a George como estaba y que me haya tratado mal, para variar, seguí leyendo mi libro, era bastante bueno. Cuando llegamos Ryan ya estaba esperándome donde siempre guardé mis cosas rápidamente para salir.
-Adiós.
No le respondí, quería bajarme, quería dejar de vivir con él… quería estar sola. Cerré la puerta y corrí hacía mi amigo, lo abracé rápidamente.
-Hola.
-Hola –me sonrió- ¿Qué tal tú mañana con George?
-Preferiría no hablar sobre eso, ¿Y Lindsey?
-Está enferma, no podrá venir.
-Ryan… ¿Puedo preguntarte algo?
-Claro.
-A ti… ¿Te gusta Lindsey? –el se puso serio de un momento a otro.
-¿Por qué lo dices?
-Es solo una pregunta. –miré el suelo, el suspiró.
-No sé lo que siento en estos momentos, solo… no sé, mejor entro. –se fue, dejándome sola.
Al terminar mi día busqué a Ryan pero al parecer se había ido, sin mí.
Suspiré y fui hacia la parada de buses al esperar que pasara uno para dejarme en el hotel, me senté y saqué mi libro, al parecer me demoré más de lo que debía porque me sonó mi celular y al mirar la pantalla era George.
-¿Hola? –era muy extraño que el me llamara.
-¿Dónde estás?
-Mh –miré por la ventana- Aún no muy lejos.
