Juicio

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Supremo Tribunal de DAI, algún lugar de España 30 de enero del 2010.

22:30 hrs.

Llevaban más de una hora en aquella cálida sala, las butacas de madera que se extendían por la sala, estaban vacías, a excepción de algunas pocas en las que pocos funcionarios estaban sentados tomando apuntes o mirando la escena con insano interés, al frente en un lugar elevado se encontraban doce asientos, ocupados por algunos ancianos que no paraban de mirar al acusado que se encontraba frente a ellos en un escaño más abajo con cara de asco. La frase "Por el Bien de Todos" se encontraba grabada con oro justo detrás de la cabeza de los jueces imponente como un legado aplastante sobre sus cabezas.

La sala recordaba al tribunal de la suprema corte en España, e incluso en América, pero eso no tenía importancia para Samuel, el seguía mirando un asiento en la parte superior, ahí entre los jueces, había una silla que no había sido ocupada el líder de ellos, había reparado en esa ausencia diciendo que comenzarían con el proceso a pesar de no encontrarse los magistrados en pleno y desde ese momento Samuel no había dejado de mirar la puerta principal y esa silla en todo momento ¿de verdad Alejandro se perdería aquella oportunidad de verlo humillado? ¿O era que temía enfrentarlo?

-Pues bien- dijo por fin la figura central, un hombre anciano y de escaso cabello cenizo que se mantenía en pie con dificultad- ya que el acusado no ha proporcionado argumentos convincentes...

Alejandro entro triunfante con una mirada altanera y ocupo su lugar entre los magistrados, cosa que hizo que el hombre se detuviera en lo que estaba diciendo para mirarlo con rabia, no parecía contento de verlo ahí, el agente le dirigió una mirada desafiante al anciano y una de odio a Samuel mientras se acomodaba en su silla.

-Cómo iba diciendo- recapitulo el hombre- ya que no ha dado argumentos convincentes en su defensa, el concejo ha dictaminado sentenciarlo por los asesinatos del agente Gideon y la Agente Mavis, acontecidos el 30 de noviembre del año dos mil, y ya que el concejo en pleno está de acuerdo, lo sentencio a pena capital, la cual será cumplida a los 22 días del mes de febrero del año en curso, siendo esta sala del tribunal tercero...

El sonido de alguien aclarándose la garganta hizo que todos volvieran su mirada hacia Alejandro, quien parecía bastante molesto.

-Perdone ministro- dijo el chico con fingido arrepentimiento- pero me temo que debo apelar a la decisión del consejo.

-Agente Bravo, usted ni siquiera estuvo presente en el juicio- dijo el hombre con rabia- no tiene derecho a opinar.

-¡Ah! Pero me he paseado por sus mentes para darme una idea general- dijo con satisfacción- y me he topado con algo muy curioso.

-Usted no tiene derecho a...

-Mi presencia aquí es para que los juicios sean verdaderamente honestos e imparciales y la haré valer, soy un miembro del consejo al igual que ustedes y un generoso benefactor de la Agencia.

-Los cargos han sido dictados y no ha habido defensa satisfactoria, tenemos pruebas de sus crímenes – alegó el anciano-¿Cómo se atreve a apelar a una decisión tomada en pleno?

-Sí, es verdad- dijo el agente con tranquilidad- pero ¿Qué si las pruebas no son del todo ciertas?

-¿Qué está insinuando agente Bravo?- dijo el líder sorprendido- esto es un ultraje ¡Un escándalo!

-Precisamente- le dio la razón Alejandro- por ello me temo que tengo que intervenir, creo que el Mayor Malkins y la Señora Adams estarán de acuerdo en mi apelación.

Al decir esto, un anciano de enorme bigote y una mujer regordeta se estremecieron, como si temieran dar una respuesta.

-Las habilidades del agente Bravo siempre nos han ayudado- dijo el Mayor Malkins con temor- no haría mal escucharlo.

El Escuadrón (Vegexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora