El clero ha dictado que los únicos aptos para hacer magia son los seres divinos, por lo que han perseguido y eliminado a los hechiceros sin cansancio; clamaron que la hechicería provenía del mundo de las sombras. Su estúpida decisión de eliminarlos...
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El Sargento Samuel estaba en la orilla de la isla junto con otros cuatros Hemats que le recibieron ahí mismo. Cada uno de ellos andaba en un caballo, y habían cinco equinos más que serían cabalgados por el Sargento y sus oficiales. Estos caballos no eran como los que usualmente utilizaban los Hemats; Imponentes, osados y muy bien cuidados,dignos de un Hemat; en cambioestos caballos parecían muy descuidados; eran flacos y débiles; no tenían nada que ver con los Hemats; tal vez no era de sorprender en una isla donde poco tenían la libertad de correr.
— Bienvenido Sargento. — Expresó un oficial de baja estatura pero que se notaba un cuerpo bien tonificado debajo de sus ropas.
— Gracias Oficial. Aquí vienen los nuevos Cachorros. ¿Cuantos vivos quedan de la ultima generación? — Preguntó el Sargento Samuel con expresión burlona.
— ¿Cachorros? son treinta y séis, y son bastante buenos. — Respondió el mismo Oficial con un tono orgulloso.
— No esta mal, es un buen número y lo suficientemente pequeño para un buen flujo de provisiones.
Para este momento los subordinados de Samuel habían llegado, pero ningún cachorro entre ellos.
— ¿Donde están los chicos? — Preguntó el Sargento Samuel.
— Tal vez se ahogaron ya Sargento. — Dijo con desdén uno de los oficiales quien fue totalmente ignorado por el Sargento.
Uno de los Oficiales bajo el mando de Samuel tomó un catalejo que tenía asegurado en su cinturón de cuero ya gastado y dirigió su vista hacia el barco del cual ellos habían bajado.
— Aún no bajan Sargento — Explicó el oficial Derek con cierta decepción según reflejaba su rostro. — Espere— Agrego después de unos segundos.— Uno de ellos se acaba de lanzar; me parece que es el joven Kristoff.
— Ese chico o es un gran guerrero o un completo tonto.— Expresó con jubilo Samuel.— Bien, vayamos al interior, seguro que los demás lo siguen ahora.
El oficial confirmó lo dicho por Samuel, ya que vio con su catalejo que los demás chicos comenzaron a saltar detrás Kristoff, y tal como lo había dicho, el Sargento Samuel ni sus oficiales esperaron a los chicos; esto dejo confundidos a los oficiales nativos de alcatraz quien sin mas los siguieron al cabo de unos segundos.
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