Capítulo 17.

31.1K 1.5K 73
                                    

Toda la ira que en algún momento pude haber sentido hacia Cristóbal se esfumó en cuanto sus labios pronunciaron esas palabras. Se preocupaba por mi, y por la cara tan firme que tenía cuando lo dijo no podía ser otra cosa más que la verdad. 

Cristóbal tenía la habilidad de mostrar en su rostro todas las emociones que sentía, O era en realidad malo en ocultarlas o yo era muy buena dandome cuenta de ellas, pero lo que sabía era que era totalmente cierto que ese hombre, que ese vampiro de extrema belleza se preocupaba por mi.

-¿A qué te refieres con eso?- fue lo que salió de mis labios. Era una campeona mundial arruinando momentos de ese tipo. Esa fue una de las muchas razones por las que había terminado mi relación anterior. En realidad era yo el problema, no los demás.

Cristóbal se quedó por un momento en silencio, mirandome intensamente mientras aún me tomaba entre sus brazos, pero luego los fue relajando hasta dejarme muy cerca de él. Casi podía percibir su perfume extraño, su aroma sobrenatural.

-Lo que oíste. Me preocupo por ti como no tienes idea.- dijo en voz baja, pero lo suficientemente audible. Tragó saliva por unos instantes, y de repente se alejó de mi, caminando en dirección contraria. Se iba.

-¡Espera!- exclamé. Esa no era la verdadera respuesta que estaba buscando, quería saber qué pasaba dentro de su cabeza. 

Me resultaba incomprensible el hecho de que alguien a quién apenas conocía me dijera que se preocupaba por mi, aunque la verdad, algo dentro de mi pecho estaba dando brincos de alegría. Una calidez me invadió, y supe que me había sonrojado. Mi pensamiento acerca de todo lo que había vivido con Cristóbal en apenas dos días era lo que había creado esa sensación de que todo iba a estar bien.

El hombre se detuvo en seco, y giró su cuello hacia atrás, mirandome sólo con uno de sus ojos de un azul oscuro. Noté que el perfil de su mandíbula estaba tenso. Se dio totalmente la vuelta y se quedó ahí, a un metro lejos de mi.

Lentamente di un paso hacia adelante, y luego otro. Comencé a andar hacia él de manera cautelosa, como esperando que en cualquier momento Cristóbal diera la vuelta y se fuera definitivamente. El calor que sentía en mi pecho no quería eso.

-¿Puedes... Explicarme qué quisiste decir con... Lo que dijiste?- pregunté, justo al momento en el que me colocaba frente a él de nuevo.

-¿Acaso no entendiste?- me respondió con otra pregunta, y puso una cara extraña, como de duda- Es eso exactamente. Me preocupo por ti, temo que te pase algo.-

-Pero ¿por qué? Es decir, tú y yo casi no nos conocemos. ¿Por qué habrías de preocuparte por mi?-

-La verdad es que no tengo ni la más remota idea.- fue su respuesta, lo que hizo que mi ceño se frunciera levemente. Estaba confundida.

-No entiendo.- admití. Por un momento pensé que él sentía ese mismo calor, que había tenido esos sueños conmigo, las ideas que también se me había ocurrido, ese pensamiento de las cosas que habíamos compartido. Como su secreto, por ejemplo.

-Verás... Es que... Hay algo en ti que me llama la atención. Desde el momento en el que recibí tu resumen curricular supe que había algo especial en ti, y mi curiosidad no me deja en paz hasta saber que es lo que ocultas. Quiero saber qué es eso de ti que me impulsa a buscarte.-

Mientras estaba diciendo esto lo miraba fijamente a sus ojos, pero al absorber el significado de sus palabras tuve que bajar la vista. Noté que estaba ruborizandome, y él sonrió.

- Y ayer, en la fiesta... Te veías de un modo radiante, no pude dejar que te fueras, quería estar todo el tiempo posible contigo.- soltó esto a una velocidad bastante rápida. Me costó un poco entenderlo, pero sabía que los nervios no lo ayudaban a hablar.- Al ver que te sentiste mal y fuiste afuera a tomar aire, no pude obedecerte y te seguí.-

Sol Durmiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora