Capítulo 66

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Capítulo 66


-Álvaro! -Gritó María- ¿Sabes donde está mi prima?-¿Qué? Yo que se... ¿Porqué?-Porque desde que se ha despedido de Àlex no la he visto más y en casa no está, la estoy llamando al móvil y no lo coge. Encimas se ha puesto a llover.-Mierda. Voy a salir a buscarla -Dijo levantándose del sofá-

Si, me había ido hacía un buen rato, después de que Àlex se fuera y después de que hablase con Rocío y David. Necesitaba espacio, necesitaba tiempo, necesitaba tranquilidad y sobre todo necesitaba estar sola. Eché a caminar por las calles de Madrid, sin rumbo alguno. Llegué hasta el parque del retiro, después de estar andando horas y horas, me quedé sentada en unas escaleras. ¿Porque mi vida tiene que ser tan complicada? ¿Porque me tiene que pasar todo a mi? ¿Àlex o Álvaro? ¿Álvaro o Àlex? ¿O ninguno? ¿Debo olvidarlos? ¿Debo quedarme? ¿Debo irme? Millones de preguntas pasaban por mi mente igual que millones de gotas me empapaban pero no me importaba, necesitaba estar sola. Pasó tiempo, cuando decidí largarme de allí, para no caer enferma. Me levanté y al girarme me topé con unos ojos verdes, perfectamente reconocibles.

-Míriam... por fin te encuentro.-¿Que haces aquí?-He venido a buscarte -Sonrió- Nos tienes a todos preocupados. ¿Porque te has ido sin despedirte?-Necesitaba pensar -Miré hacia un lado--¿En que? Si se puede saber.-En ti. -Dije sincera- En Àlex y en lo que tengo que hacer con cada uno de vosotros.-¿Y a que conclusión has llegado?-Que tu estás aquí y él no, que Àlex volverá con Joana y yo no voy a poder hacer nada y... que no quiero perder al amor de mi vida por un simple capricho -Dije sin dejar de mirarlo ni un solo segundo- ¿Porque todo es tan difícil Álvaro? ¿Porque la vida me pone tantos obstáculos? ¿Porque no puedo ser feliz de una vez sin ningún tipo de complicación?-No lo se. Pero yo quiero superar todas las pruebas que nos anteponga la vida junto a ti. No quiero volver a separarme de ti jamás. Te lo prometí y se que no cumplí, pero esta vez, no te voy a prometer nada porque lo voy a hacer. No dejaré que nada ni nadie se interponga entre nosotros. Te amo Míriam, te amo con todo mi ser y sin ti yo no sería nada.

Le miré. Se hizo un silencio, para mi asombro agradable. Cuando quise darme cuenta, estaba debajo de su paraguas, abrazándolo y llorando como una niña desesperada. Le echaba muchísimo de menos, quería estar a su lado pasase lo que pasase. Él era mi mundo. Él era la persona que más amaba de toda la tierra. Si, estoy segura, quiero estar con él y solo con él. Álvaro me abrazó, y puso su chaqueta encima mío ya que me había puesto a tiritar. Normal, llevaba horas debajo de la lluvia.

-¿Porque me la das? No quiero que cojas frío.-No me importa resfriarme Míriam -Me miró- Llevas horas debajo de la lluvia, puedes resfriarte.-A mi eso me da igual. Joder, vas en manga corta y hace frío... -Le miré--No me reproches, anda, ven. -Pasó un brazo por detrás de mi cuello y me acercó a él- ¿Como se te ha ocurrido salir con la que está cayendo?-Cuando salí no estaba lloviendo -Miré al suelo- Necesitaba estar sola y pensar -Suspirar--¿Y te ha servido de algo empaparte?-La verdad es que no, tengo toda la ropa pegada a mi y me está dando mucho asco -Saqué la lengua- Deseo llegar a casa y cambiarme.-Te quiero -Soltó de la nada-

Me quedé mirándolo. La verdad es que empaparme no ha servido de nada, soy una tonta y seguro que al día siguiente me enfermaría como nunca. No pude evitar morderme el labio, le tenía delante, le tenía allí. Sin duda, él era mío y solo mío. Me abalancé sobre él, haciendo que él tirara el paraguas al suelo y me abrazara. Pegué mi frente con la de él y no lo dudé ni un segundo. Le besé. Le besé como si no hubiera mañana, como si fuera el último día de la tierra, como si nos fuéramos a morir minutos después.


-Yo también te quiero -Dije cuando me separé de él-


Fuimos caminando en silencio y abrazados. Álvaro se encogía por el frío y me sentía mal. Aunque estuviéramos en principios de Marzo, todavía hacía un poco de fresco. No podía creer que me hubiera estado buscando todas estas horas que he estado perdida, no podía creer que le tuviera por fin a mi lado.Suelto un par de estornudos seguidos, esto es realmente malo. Siento pesadez en mis parpados y siento que, mi cabeza, estallará en cualquier momento. Por fin, hemos llegado. Álvaro abre la puerta y cierra el paraguas. Me saco su chaqueta y la cuelgo en el perchero, estaba un poco empapada pero se salvaba.

-Dios, Míriam! -Dije María viniendo hacia mi- No vuelvas a irte así nunca, estás chorreando!-Si.. yo.. lo siento -Miré hacia el suelo y noté un leve mareo--¿Te encuentras bien? -Dijo María preocupada--Enana, no vuelvas a irte así nunca más ¿Vale? -Dijo Carlos entrando al comedor--Lo siento, necesitaba estar sola -Levanté los hombros y cerré los ojos--Será mejor que te vayas a dar una ducha de agua caliente -Dijo Álvaro- Deberás estar helada. -Dijo una vez detrás mía--Si... esto... -Me quedé callada y todos me miraron-

No me acuerdo de lo que pasó, solo recuerdo que mis piernas temblaron y escuché como alguien gritaba y me cogía. Me sentía helada, pesada, enferma...Levanté con pesadez un ojo, tenía sueño, me sentía realmente cansada. Cuando pude ver, vi que no estaba en mi habitación. Se me hacía desconocido el lugar donde estaba. Moví la cabeza hacia un lado y hacia el otro. Vi que Álvaro estaba acurrucado en un sofá, dormido. ¿Se habría quedado conmigo?Pude reconocer que estaba en una habitación de hospital. ¿Que hacía allí? Intenté levantarme, pero el cuerpo me pesaba y me entró una leve tos y que hizo que Álvaro se despertase asustado.

-No vuelvas a asustarme de esa manera -Dijo levantándose y apoyándo su mano en mi frente- Sigues con fiebre.-¿Que hago aquí?-Ayer, te desmayaste por culpa de la fiebre. ¿Porque no me dijiste que te encontrabas mal? Me has echo pasar un mal trago.-Lo siento, no quería...-Shh -Dijo poniendo un dedo en mi boca- Vasta de lamentarlo ¿Vale? Lo importante es que estás despierta y los médicos lograron bajarte la fiebre. Aunque todavía tienes.-Siento como si me hubieran dado una paliza. -Dije mientras me echaba hacia un lado de la cama- Anda, estírate conmigo, ese sillón tiene pinta de ser muy incómodo.-Y lo es.. tengo la espalda echa una mierda -Dijo mientras se estiraba- Casi me da algo cuando te desmayaste -Dijo mientras acariciaba mi pelo- Suerte que estás bien, no podía soportar la idea de perderte.-No me vas a perder Álvaro... Voy a estar a tu lado, siempre-Lo se, y yo estaré a tu lado, siempre. Anda, duerme un rato que se te están cerrando los ojitos. -Dijo besando mi frente--No quiero... -Apoyé mi cabeza en su pecho--Anda, hazlo -Acariciaba mi pelo- Estaré aquí cuando te despiertes.

Asentí levemente y me dormí. Y era cierto lo que dijo, al despertarme le vi a mi lado, dormido. Tenía un brazo suyo encima de mi cadera y su cabeza apoyada en mi cabeza. Levanté un poco la cabeza y le besé la mejilla y la nariz . Álvaro juntó las cejas y abrió poco a poco los ojos.

-Buenas tardes dormilón -Sonreí--Mmmm, buenas tardes -Dijo con una voz ronca--¿Sabes una cosa? Echaba mucho de menos despertarme a tu lado y escuchar esa voz ronca -Volví a besar su mejilla--Y yo echaba de menos despertarme con tus besos -Me acarició la mejilla- ¿Como te encuentras?-Bien, ya no siento tanta pesadez como antes. -Puse una mano en su pecho--Me alegro que ya te sientas bien -Dijo dándome un beso en la frente y me miró- Te quiero. -Sonreí-
-Yo también te quiero.


Hola amores!!


Espero que os haya gustado el nuevo capítulo. Mañana más y mejor.

Espero vuestros comentarios y votos.

Gracias por leer.


Besos, María.

Pude confiar en ti nada más conocerte - Auryn - ÁlvaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora