Capítulo 25

661 36 4
                                    

Nota de la autora: Atención el capítulo tiene escenas un poco subidas de tono. No me atengo a posibles problemas, leéis bajo vuestra responsabilidad.



Después de haber perdonado a Álvaro por el semejante pollo que montó, me dijo de ir a cenar. Era viernes y yo me iba el sábado por la mañana, temprano y él también.



-Chicos, nosotros nos vamos. -Dijo Álvaro mientras se despedía de los demás- Te cojo las llaves del coche Dani.

-¡Vale! -Dijo Dani desde la cocina-

-Adiós -Nos dijeron los demás-



Subimos al coche y Álvaro empezó a conducir. No quería irme, no quería que se fuera.



-¿A donde vamos?

-Ya lo veras amor. -Sonrió y bufé-



Pasó como media hora hasta que aparcamos, en el parking solo había coches, no se veía nada más. Me tapó los ojos con un pañuelo y tuve que ir guiada por él.



-Hola. ¿Que desean? -Preguntó el recepcionista-

-Hola, venimos a comer.

-¿Tienen mesa reservada?

-Si, Álvaro Gango

-¡Oh! Pasen por aquí.



Supongo que el recepcionista nos guió hasta la mesa. Una vez allí, Álvaro me destapó los ojos, pero me dijo que mantuviera los ojos cerrados y así hice. "Abrelos" Me susurró. Abrí los ojos lentamente y me topé con una rosa delante mío. Sonreí. Al coger la rosa, vi la preciosa vista del restaurante. Se veía todo Madrid, se veía Madrid bañada de luces.



-Impresionante. -Le miré- Esto es impresionante Álvaro

-Sabía que te iba a gustar -Sonrió-



Nos sentamos y, en mi plato había una caja chiquitita, miré a Álvaro y este no paraba de sonreír. ¿Es que nunca dejaría de sorprenderme? Abrí la caja y vi dos anillos plateados, uno más grande que el otro. Le miré. Contemplé los anillos y estos tenían un grabado por dentro. "Por un sin fin" y nuestras iniciales. Le miré otra vez y le sonreí.



-Esto es para que veas, que aunque estemos los dos separados, siempre te llevaré conmigo. -Se levantó y cogió la caja- Quiero que, al ver tus manos y al ver este anillo, te acuerdes de mi cada día. -Me lo puso- Se que va a ser difícil estar uno sin el otro, vete tu a saber cuanto tiempo. Pero prometo -Me miró y suspiró- prometo que la distancia no será un obstáculo en nuestra relación. -Sonrió-



No dije nada. Me quedé mirándolo con una sonrisa de bobalicona. ¿No podía ser más perfecto? Me levanté y le besé. ¿Que aré yo sin ti amor mío? ¿Podré superar la ausencia? ¿Podremos superarlo? ¡Claro que si! Nosotros podemos con esto. O eso creía.

Pude confiar en ti nada más conocerte - Auryn - ÁlvaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora