Capítulo 84

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Capítulo 84


Cuando desperté, me encontré con un par de ojos verdes mirándome.
-Buenas tardes dormilona.-Mmmm, buenos días -Me apreté más a él- ¿Y la niña?-Está calmada -Sonrió- Disfrutemos mientras esté así.
Solo me limité a asentir y seguí con la cabeza apoyada en su pecho. Álvaro me acariciaba la espalda, de arriba a abajo y eso me relajaba, demasiado. Sentía que mis ojos se volvían a cerrar cuando la puerta se abrió y pasaron dos personas, demasiado alegres.
-Holaaaaaaa -Gritó Carlos--Shhhhh, la niña está durmiendo melón -Dijo Álvaro--Ups, lo siento -Soltó una carcajada- ¿Como estás? -Susurró y me miró--Dentro de lo que cabe, bien -Sonreí- Aunque estoy cansadisima.-Ya nos ha contado Álvaro -Dijo Andrea y se acercó a la cuna- La niña es preciosa chicos. -Nos miró--Bueno, como quieres que no sea hermosa, si sus padres somos preciosisimos. -Dijo Álvaro y le pegué en el estomago. Se calló de golpe- Maldita -Susurró--Te quiero -Le guiñé el ojo--En fin, nosotros veníamos a ver a la niña -Carlos hizo una mueca- Pero veo que está dormida.-Hace nada más que un par de horas se durmió.-Que pena -Andrea hizo un mohín- Se le ve tan tranquila...-Eso es porque está dormida, cuando llora no hay quien la pare... -Suspiró Álvaro- Bueno, si, Míriam, peo nadie más.-Normal. -Dijo Carlos y se nos quedó mirando--¿Porque nos miras? -Pregunté--Es que, me cuesta de creer que por fin las cosas os vayan bien -Sonrió- Con la de problemas que habéis tenido...-La verdad es que si, nos cuesta un poco -Respondí y abracé a Álvaro- Pero merece la pena haber pasado por eso, si no, a lo mejor, ella no estaría aquí.
Desvié la vista hacia la cuna y, la pequeña Leire abrió sus pequeños y achinados ojos. Álvaro y yo nos quedamos como bobo mirándola, igual que Carlos y Andrea.
-¿Puedo cogerla? -Dijo Andrea con nerviosismo--Claro que si -Sonreí- Solo ten cuidado con la cabeza.

Andrea se acercó lentamente a la cuna y la cogió con delicadeza. Cuando la tuvo entre sus brazos, la meció un poco y sonrió. Se veía tan tierna con el bebé en brazos... Carlos se puso a su lado y le agarró de la mano. Leire apretó su dedo y pude ver como Carlos hacía una mueca. Nos miró y sonrió.
-Con la tontería, no puedo esperar a que nazca nuestro pequeño. -Dijo Carlos mientras abrazaba la cintura de Andrea--¿Lo sabes? -Preguntó Álvaro--Sip, se lo dije ayer. -Sonrió Andrea--¿Y como te lo tomaste?-Pues, en principio, me quedé en shock, pero después empecé a pensar y a echar cuentas y bueno... Sus tetas la delatan.-¡Oye! -Gritó Andrea--Emm, si os teneis que pelear, por favor, darme a mi pequeña -Les miré--No vamos a pelear Míriam -Dijo Andrea- Lo que pasa, que al señorito, le jode que no le deje tocar estas monstruosidades que tengo por pechos. -Carlos suspiró--Tiene razón... Me tiene castigado sin sexo... ¡Sin sexo! Eso es igual o peor que si me castigan sin chocolate... ¡Me volveré loco! ¡Majareta!-Melón, ya lo eres. -Dijo Álvaro y los tres reímos-

Pasamos la tarde entre risas y visitas y más visitas. Cuando parecía que ya íbamos a estar solos, por fin, entraron los padres de Álvaro.
-Buenas. -Dijeron los dos al mismo tiempo--Hola. -Saludamos--¿Como estáis? -Preguntó la madre de Álvaro--Cansada. -Dije sin rodeos- No hemos parado de recibir visitas en toda la tarde -Solté una mini carcajada- La niña esta muy solicitada.-Oh, pero mira que nieta más preciosa que tengo -Dijo el padre de Álvaro mientras la cogía- ¿Da mucha guerra?-Un poco, nada más cuando tiene hambre.-Bueno, en ese aspecto se parece a Álvaro. -Dijo su madre- No paraba de llorar cuando tenía hambre, hasta que no tenía el pecho en la boca, no se callaba. -Creo que vi un rubor por las mejillas de Álvaro y yo me mordí el labio--Si, si, hasta que no comía no dejaba de llorar. Como la niña sea igual, veréis -Dijo su padre y reímos--Creo que en ese aspecto no saldrá a mi...-Crees mal... al medio día lloraba y lloraba y hasta que no le di de comer, no paró. Después se quedó tranquilita hasta que vinieron Carlos y Andrea.-Se sentirá observada la pobre.-Si, yo creo que si... será el centro de atención de todo el mundo. Que disfrute mientras pueda... -Dije-

Nos quedamos un rato hablando con los padres de Álvaro, hasta que tuve que darle de comer a Leire. Ellos se despidieron y nos dijeron que vendrían mañana. Cuando acabé de darle de comer a la niña, Álvaro la cogió en sus brazos y la meció un rato, mientras le cantaba una canción, hasta que se quedó dormida. Poco rato después me trajeron la cena.
Había pasado una semana desde que di a luz. Hoy, en teoría, me daban el alta por la tarde. Álvaro y yo empezamos a recoger todas las cosas que teníamos en la habitación y Álvaro se encargaba de llevarlas al coche para que no estorbasen en el medio. Leire estaba despierta, así que aproveché y la saqué de la cuna y la vestí con su ropita. Me senté en la butaca con Leire en brazos.
-Vamos princesita, pronto estaremos en casa y perderemos de vista este lugar tan feo, ya lo verás. Te encantará tu habitación. ¿Sabes porque? Porque papi y mami la hicieron con mucho amor para ti -Besé su frente- Eres lo mejor que me podía haber pasado en la vida, a parte de tu padre. Leire. Mi niña. Mi princesa.
Álvaro no tardó poco en llegar. Como siempre, con su Iphone en mano y haciéndonos fotos. Teníamos todo listo y yo ya estaba preparada para cuando el doctor pasase y me diera el alta. Las horas pasaban muy lentas.
Un ruido en la puerta nos hizo mirarla. Esta se abrió lentamente y entró un muchacho joven, vestido con un pijama verde y una bata blanca con una carpeta. Se nos quedó mirando y sonrió. Nos explicó que ya podíamos irnos, pero que yo tenía que estar en reposo como mínimo una semana. Firmé el alta y nos fuimos. Bajamos al coche. Coloqué la silla de Leire detrás del asiento de Álvaro y la até bien, para que no se escapara. Álvaro ya se había sentado y abrochado el cinturón. Rodeé el coche y me monté. Salimos del hospital y mientras íbamos camino a casa, íbamos hablando de todo un poco. Paramos a comer en un restaurante, ya que yo estaba muerta de hambre y me apetecía un montón comer algo basura. Comida rica. Nos paramos en un McDonald's, pedímos lo que queríamos comer, Álvaro pagó y esperamos mientras nos hacían las hamburguesas. Nos pasamos todo el mediodía allí en el Mac, hablando, comiendo y dándole de comer a la pequeña que estaba hambrienta. Tenía a Leire entre mis brazos, cuando un par de chicas se acercaron a nosotros.
-Hola, perdón que interrumpamos... -Dijo una de las chicas- Pero, os hemos estado viendo desde hace un rato, y tu cara nos suena un montón...-Eres tonta -Susurró la chica que tenía al lado y se acercó a su oreja. Le susurró algo y la chica abrió los ojos y se sonrojó--Oh... em... Esto... ¿Álvaro, verdad?-Em... Si.. -Arrugó las cejas y las miró--Nos... Nos podríamos echar una foto contigo? Bueno, más bien ella, ella es quien os seguia... em... esto... ¿Auryn? -La otra chica asintió- Pues eso... ¿Podemos? -Álvaro se las quedó mirando y les sonrió--Oh, claro.
Se levantó y se puso entre ellas. Una de las chicas, que no había dicho nada en todo el rato hizo la foto y luego me miró y volvió a mirarlas. Asintió con la cabeza y las chicas agradecieron a Álvaro por hacerse la foto y se fueron.
-Me he sentido realmente incómodo. Hacía tiempo que no me pedían foto -Suspiró--Bueno, a lo mejor te tendrás que acostumbrar que habrá gente que te seguirá reconociendo por la calle -Alcé los hombros--Si, tienes razón... -Suspiró- ¿Ya estás de comer?-Voy a reventar. -Bufé- hacía taaaanto que no comía así de bien... -Álvaro me miró y soltó una carcajada--Míriam, llevas una semana en el hospital... No ha pasado tanto tiempo -Le fulminé con la mirada--Come tu la asquerosa comida del hospital... encima todo era pescado... ¿Es que a caso me han visto como un pez globo? -Inflé los morros--Hija mía -Dijo Álvaro dirigiéndose a Leire- Tu madre parece una niña pequeña a veces... Creo que tu serás más madura que ella.-Que te den Álvaro. ¿Podemos irnos? Estoy cansada.-A sus ordenes madamme.
Nos levantamos y Álvaro llevaba el carrito de Leire mientras yo la llevaba en brazos a ella. Álvaro desbloqueó el coche y empezó a guardar el carrito, mientras yo ponía a Leire en la silla. Esta se había quedado frita. Fuimos rumbo a casa.
Todo pasó muy rápido. Mi vida paso por delante en nada más y nada menos que en cinco segundos. Sentimos un golpe contra el coche. Álvaro intentando salir de él, la niña llorando y yo no es que me sintiera con fuerzas de hacer nada. Veía borroso. Estaba desorientada. De pronto, todo se volvió negro y creo, que caí en la inconsciencia.


Hola amores!!!


Aquí está el último capítulo de... la primera temporada!!

Si queréis que suba la segunda necesito que me degáis si queréis o no con los comentarios.

Y sobre todo que os ha parecido la primera temporada.

Para que veáis que no soy tan mala y os dejo con la intriga y con una buena noticia.

Espero que os haya gustado,


Gracias por leer.


Besos, María.

Pude confiar en ti nada más conocerte - Auryn - ÁlvaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora