En medio del bosque suicida y de camino hacia el hogar, Sunimaruh arrastra la falda de su vestido sobre el lodoso suelo, mientras que su amigo continúa el paso hacia adelante. Al estar coja de una sola pierna, constantemente desciende arrodillada sobre el suelo y numerosas son las veces que le ocurre, hasta que Ikinaru se detiene en medio del camino, por lo que se voltea en dirección hacia su amiga y la accede a su socorro. El muchacho coloca una mano sobre la cintura de la joven y la otra debajo por debajo de su falda, mientras que comienza a cargarla firmemente y apenas acercando su rostro, le provoca la común e incómoda sensación en la misma.
— ¿Por qué hiciste eso?
— ¿Todavía te cuesta creer que no puedes seguir caminando?
— Puedo hacerlo, simplemente estoy cansada.
— ¿Y por qué has estado quejándote durante todo el camino? — La joven enmudece ante lo dicho por su amigo, por lo que el mismo desvía su mirada de ella y le dirige la palabra. — Podrás balbucear y pataletear todo lo que quieras, pero yo no te soltaré. — Dicho eso, permanecen en silencio, hasta llegar a su destinatario y cuento abren la puerta de su casa, la joven entra de un solo golpe, mientras que se despoja de la carga y se sienta sobre el sofá. Mientras tanto, el muchacho busca atención médica para su amiga, por lo que después se sienta sobre el sofá junto a ella y comenzando a echar alcohol sobre un pañuelo, se lo unta en la frente, a pesar de que sintiera el ardor en su frente y la sangre fresca mantuviera contacto externo con el desinfectante. Luego de que terminara con el tratamiento médico, toma la mano derecha de la joven y comienza a untarle algunos algodones húmedos, mientras que la misma contempla la generosidad de su compañero y le agradece por ello, tras haber observado detenidamente cómo las manos de un demonio se compadecían en aliviar las heridas de un ángel.
— ¿Podrías explicarme qué fue lo que sucedió? — Al instante de lo preguntado, el muchacho se detiene ante el procedimiento sanatorio, por lo que desvía su mirada de ella y se remonta en la trágica sucesión pasada.
— ¿No recuerdas nada?
— Solamente recuerdo algunas cosas que ocurrieron durante el baile, pero no recuerdo lo que sucedió después y por qué ambos estamos heridos. — Una vez que fue escuchada la respuesta de su amiga, el joven le responde la veracidad de lo sucedido y la razón de sus lesiones.
— Como sabrás, en cuanto me retiré del baile fue por una sola razón. Aquella bestia que viste dentro de las entrañas de este bosque, había descendido del inframundo y posiblemente se trataba de otra de las ilusiones del adversario. Procuré en protegerte de las manos enemigas, pero al parecer tu consciencia te traicionó y saliste en busca de mi presencia; y estando en medio de la batalla, resultaste siendo la más afectada, debido a que fuiste golpeada por la bestia, por lo que chocaste contra el tronco de un árbol y quedaste inconsciente. Por suerte, acabé con la bestia de y corrí tras de ti. — Luego de escuchar las palabras de su amigo, la joven se toca la frente y siente el gran dolor sobre su cráneo. — Por un momento creí que no tendrías probabilidades de sobrevivir, sin embargo, reviviste ante una misteriosa esencia lumínica y respondiste a mis llamados. — Sunimaruh, quien enmudece ante lo dicho por unos segundos, comienza a tocar ambas manos del muchacho, mientras que las extiende y compasivamente le dirige la siguiente palabra.
— ¿Cómo es que todavía sigo con vida?
— No lo sé.
— ¿Tú me salvaste la vida?
— Yo... no te salvé la vida, ¡te la quité! — El muchacho esconde su rostro de la presencia de su amiga y aparta sus manos de las suyas, por lo que la joven se sorprende ante su respuesta, a pesar de que no pudiera recriminar la veracidad del mismo.
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ABERTURAS ENTRELAZADAS
FantasyLa historia gira en torno a Sunimaruh Sayako, cuya adolescente de quince años que carece emocionalmente, vive dentro del bosque de Aokigahara, el cual también es conocido como el ''Bosque Suicida'' o ''Mar de Árboles'' y está cerca del Monte Fuji, e...