Capítulo XVII ''Conexiones''

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Existe un lugar que esconde en sus rincones la herida abierta y del cual el silencio es el único amigo que jamás lo traiciona. Tiembla el cerezo en flor ante su presencia, perfumándola de su fragancia con el viento y en el que caen sus pétalos rosados, del cual cubre su aislamiento embalsamado y adormila su esencia. Caminando por senderos perfumados de olores a frutas y árboles floridos, yace una peculiar figura, al parecer es una niña, quien va corriendo e interrumpiendo el silencio que acallaba al bosque entero, del cual despierta a cada criatura de su hogar con sus risas y cantos alegres. Contempla desde lejos las hojas de los árboles y los floridos senderos, donde en cada rincón se aguardaba la esperanza sonriéndole, mientras iba jugando y descubriendo cada día algo nuevo. Una rutina diaria que se convirtió en una diversión o pasa tiempo. Al estar revolcándose sobre el frondoso y húmedo césped que la abrazaba y el cosquilleo que la arropaba, perduraba durante muchas horas divirtiéndose, hasta que una voz lejana y familiar la interrumpe en medio de su esparcimiento.

'' ¡Suni–san!'' — Grita una joven de avanzada edad desde la entrada de su casa. — '' ¡Entra a la casa, es hora del almuerzo!'' — La niña obedece y sale corriendo hacia su hogar, mientras que se va despidiendo de su amigo el bosque y espera con ansias el regreso de su deleitable entretenimiento con el mismo. En cuanto amanece el día, los rayos del sol traspasan las ventanas del hogar, los cuales van tocando cada esquina de la casa y acarician el sedoso cabello castaño de la joven durmiente, quien aun reposa sobre la cama, volteándose de lado en lado y golpeando la almohada en pleno horario de las siete de la mañana. Por otra parte, el muchacho se encuentra en las mismas condiciones, aunque estuviera resoplando ronquidos y librando la saliva que está descubierta alrededor de su boca abierta. Al estar acostumbrada a levantarse durante todas las mañanas y realizar la misma rutina, se detiene por un solo instante y medita en lo soñado. En cuanto voltea la mirada hacia la ventana, en donde se refleja el paisaje natural de su compañero, refleja una sonrisa dibujada en su rostro, mientras que suspira y cierra los párpados de sus ojos.

— Fue sólo un sueño, pero... ¿por qué esta vez soñé con mi hermana? — Ha pasado un año desde que tuvieron el incidente con la mujer arácnida y de haber cumplido su tercer año en la secundaria, por lo que el cabello de la joven ha estirado un poco su crecimiento y ya estuviera por debajo de los hombros. Una vez que sale de la habitación, se dirige hacia el baño, y en cuanto termina de usar el servicio sanitario, baja por las escaleras, para luego dirigirse hacia la cocina y preparar el desayuno. Sin embargo, la joven se sorprende cuando se entera de que su amigo ya había realizado todos los quehaceres por ella, del cual reconoció la caballerosidad del mismo y por ello se sintió muy complacida. Luego de que desayunaran juntos, preparan sus uniformes y almuerzos antes de salir de la casa y dirigirse hacia la escuela. En cuanto llegan a su destino, verifican el interior de sus respectivos casilleros y toman los cursos juntos. Durante el horario de clases, mientras que el profesor explica el material, la joven mantiene su mirada puesta en la ventana, del cual fácilmente puede contemplar el panorama del bosque y por ello revive aquel tiempo en la que solía jugar y divertirse junto con su único amigo natural, en lugar de atender la clase actual que cursa. Pero su mente se obscureció al ver la presencia de un irreconocible individuo que se ocultaba detrás de los árboles y al mismo tiempo la observaba desde el extremo en donde se encuentra. « ¿Quién será? » La joven miraba atentamente al individuo desconocido, mientras que intentaba reconocer la identidad del mismo, hasta que el profesor llama su atención en cuanto se percata de que la estudiante distraída no estaba atendiendo la discusión en la clase.

— ¡Sayako Sunimaruh! — La joven escucha la intensa y severa voz del profesor, por lo que se voltea hacia el mismo y nota cómo sus ojos se entornan hacia ella y la atención del grupo la observa detenidamente, mientras que su amigo y compañero de clase no muestra su mirada hacia ella.

ABERTURAS  ENTRELAZADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora