Algunas ocasiones deseaba poder encontrarse una de esas lámparas de las que salían genios que solía ver en películas de su niñez para poder pedir una que otra cosa que por sí sola es probable que no lograra hacer, no ahora.
Uno de ellos sería tener un jet privado con su propio piloto para poder viajar a donde y cuando quisiera.
Quizás sonara tonto o infantil pero sabiendo cómo era, un poco de tiempo alejada de todo, donde nadie supiera su historia y donde no conociera a nadie y nada la hiciera recordar malos momentos, seguramente le haría bien de vez en cuando. Sobre todo cuando lo que pasaba a su alrededor no era precisamente bueno y lo único que se le antojaba era escapar de todo aquello que la afectaba directa o indirectamente al hacer que su ánimo decayera o por afectarla realmente a ella.
Pero lo cierto era que los genios que salen de lámparas y cumplen tus deseos no existían a parte de en películas o cuentos de fantasías.
Lo cierto era que ella sola buscaba la forma de viajar muy lejos sin ir a ningún lugar a larga distancia físicamente.
Ella se alejaba de todo y de todos al entrar en su propio mundo y hacer como que nada más existe.
Solo ella, las letras, música y su celular o computador... O un buen libro.
Eso era todo lo que necesitaba para viajar.
Al menos hasta que pudiera hacerlo de verdad recorriendo distancias y llegando a los lugares a los que deseaba ir alguna vez.
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Agonías de una mente loca
RandomQuizás suene estúpido o como que es algo de aventura, pero solo son los textos que salen de mi mente, de una chica común y corriente sin nada de extraordinario y cuya forma de escapar del mundo y de sus problemas es escribir... algunas veces.