Entonces lo entendió. De eso trataba: una apuesta a ciegas que haces esperando obtener el mejor resultado pero sin tener la certeza de que así será. Una apuesta a ciegas en la que podrías terminar perdiendo más de lo que ganas y en la cual tal vez esas pocas ganancias no sean lo justo o lo suficiente por todo lo que puedes llegar a perder.
Pero lo haces, decides arriesgarte a perder sabiendo en el fondo que lo más probable es que lo hagas, pero teniendo la esperanza de que todo lo que ocurra valdrá la pena el dolor o sufrimiento.
El único problema consistía en que no hay manera de saber si valdrá la pena o no el intento, si realmente las consecuencias merezcan ser aceptadas y soportadas o no, si sea justo el hecho de quedar un poco más roto de lo que ya estás por todas las circunstancias que has tenido que pasar en la vida o si no lo será.
Así que apuestas a ciegas esperando tener un buen resultado y ganar lo suficiente en el proceso para que al momento de perder puedas pensar en que, a pesar de todo, valió la pena el intento.
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Agonías de una mente loca
De TodoQuizás suene estúpido o como que es algo de aventura, pero solo son los textos que salen de mi mente, de una chica común y corriente sin nada de extraordinario y cuya forma de escapar del mundo y de sus problemas es escribir... algunas veces.